El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) pone en funcionamiento a partir del 16 de septiembre que viene dos nuevos radares de tramo en la C-16 en el Túnel de Vallvidrera, uno en cada sentido de la circulación, con el objetivo de reducir la velocidad excesiva, así como la siniestralidad viaria. Con ellos, los radares de tramo llegan hasta los 43 y el total de radares, a 248.

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¿Cómo funcionan los radares de tramo?

Este sistema de control de la velocidad media funciona a través de un equipamiento de reconocimiento de matrículas situado al inicio y al final del tramo controlado y capaz de medir el tiempo de recorrido y calcular la velocidad media para determinar si se ha superado el límite máximo de velocidad permitido. Estos cinemómetros tienen el objetivo de prolongar el efecto de la reducción de velocidad durante varios kilómetros para hacer un espacio viario seguro.

Las ventajas

Según el Servicio Catalán de Tráfico, los radares de tramo constituyen una herramienta eficaz para reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad vial dado que evitan frenazos repentinos, cubren de forma efectiva un tramo entero de una vía y ayudan a que las velocidades en cada tramo controlado sean uniformes. Son, además y según la Generalitat, "un elemento disuasivo de gran efectividad sobre el comportamiento de los conductores y que complementa los sistemas de control convencionales, como los radares microondas, de láser y los piezoeléctricos. Actualmente, y contando estos nuevos cinemómetros, en la red vial catalana hay 248 puestos de control, de los cuales 43 son radares de tramo. Los radares están distribuidos tanto en vías principales como secundarios, siguiendo criterios de priorización de los puntos o tramos donde es necesario reducir la siniestralidad