La generalización de los sistemas de autofacturación en las grandes superficies han tenido una consecuencia indeseada: el incremento de las pérdidas de inventario y los índices de hurtos. Para solucionarlo, el sector retail echa mano de una tecnología: los códigos de barras, pero no en su modalidad tradicional. Utilizan en concreto los códigos 2D y los sistemas RAIN RFID, vinculados a la tecnología IoT (Internet de las cosas).
Los códigos 2D
Los códigos 2D, a diferencia de los códigos de barras convencionales, permiten codificar información de izquierda a derecha y de arriba abajo, justo como los QR. Con ello, la densidad de datos y la capacidad de autocorrección es mayor y el establecimiento puede realizar un seguimiento de su inventario exhaustivo. Gracias a estos códigos, cada producto está perfectamente localizado en cada eslabón de la cadena de distribución, que va desde la granja o la fábrica hasta la caja de la tienda gracias a un código de barras 2D exclusivo. Esta innovación no sólo garantiza la frescura y autenticidad del producto, sino que aumenta la confianza de las partes interesadas en sectores como el farmacéutico y el alimentario, donde la trazabilidad es crucial para el cumplimiento de la normativa. Con códigos de barras 2D accesibles, los consumidores obtienen acceso instantáneo a información detallada del producto paso a paso directamente en el estante de la tienda.
Los sistemas RAIN RFID
Los sistemas RAIN RFID existen desde hace años, pero su coste era muy elevado para un implantación masiva. En sí, son etiquetas inteligentes con un chip que, además de identificar un producto, convierten a éste en un emisor de información que forma parte de un sistema en el que lectores de ondas de radiofrecuencia pueden leer y capturar información almacenada en una etiqueta aplicada a un objeto. Las etiquetas se pueden leer desde varios metros de distancia y no necesita estar dentro de la línea de visión directa del lector para ser rastreadas. RAIN RFID es, por tanto, un sistema de tecnología inalámbrica pasiva sin batería que conecta miles de millones de artículos cotidianos a Internet, lo que permite a las empresas y los consumidores identificar, ubicar y autenticar cada artículo. El sistema se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones, incluida la gestión de inventario, la seguridad, el seguimiento de activos y la autenticación de artículos. Ofrece, explican sus promotores, “precisión, exactitud y un procesamiento más rápido” lo que reduce “significativamente” los tiempos de recuento de ciclos y mejora la exactitud del inventario. Esto también ayuda a evitar la falta de existencias, mejorar la satisfacción del cliente y controlar los costes laborales.