¿No funciona la red Wi-Fi de tu casa como te gustaría? De entrada, hay una mala noticia: la calidad de la señal depende en buena parte del plan de internet que tengas contratado. Con todo, hay formas sencillas de mejorar la señal y garantizar acceso a la red desde cualquier estancia y en igualdad de condiciones.

 

Ubicación del router

Para disfrutar en todo momento de la mejor señal –o al menos del máximo que te permita tu contrato de servicios de Internet- conviene que tu router esté lejos de objetos y aparatos metálicos que emitan ondas electromagnéticas y de materiales como la madera, el plástico, el vidrio, el cartón o la espuma. Lavadoras, secadoras, televisores, teléfonos inalámbricos y demás dispositivos y electrodomésticos afectan a la calidad de la señal. El router, eso sí, debe estar siempre en la zona central de la vivienda y, preferentemente, en una posición elevada para distribuir mejor la señal por todas las habitaciones del inmueble.

Actualizaciones

El firmware del router (que no es otra cosa que el aplicativo que necesita para funcionar) debe estar actualizado siempre. Con ello, evitas problemas de seguridad y consigues un rendimiento mejor. Debes, además, reiniciar tu router una vez al mes y dejarlo apagado cuando no lo necesites. Del mismo modo, conviene que utilices contraseñas difíciles de adivinar para que ningún tercero pueda acceder a tu equipo y hacer uso de tu señal.

Amplificadores

Si a pesar de haber escogido una ubicación adecuada sigues con problemas, es buena idea que te plantees la posibilidad de hacerte con algún amplificador de señal para llevar la conexión de un punto a otro de tu hogar con calidad suficiente. En el mercado hay muchos modelos y a precios asequibles. En un mundo interconectado como el actual, disponer siempre de la mejor conexión (también en casa) es fundamental.