Las tiendas que conocieron nuestros abuelos se parecen poco o nada a los supermercados y grandes superficies que llenan hoy nuestros pueblos y ciudades. Es cierto que, aún, perviven en las tramas urbanas comercios que parecen salidos de una película ambientada hace 150 años, pero son los menos. En breve, además, las tiendas que hoy conocemos se convertirán en otra cosa y, quizá (quien sabe) los supermercados convencionales de hoy nos parezcan un día reliquias de un tiempo que añoraremos con la misma intensidad que hoy muchos añoran un modelo comercial (el de mediados del XX) que, aunque hoy se valore tanto, tenía también importantes carencias. ¿Cómo serán, por tanto, las tiendas en las que compraremos dentro de cinco o diez años? Te lo contamos.

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Sin cajas y con menos personal

Los sistemas de pago sin contacto, la IA y, también, el comercio electrónico están revolucionando las experiencias de compra. Encuestas recientes como la que acaba de realizar el portal informativo especializado en sistemas de pago PYMNTS indican que un 70% de los consumidores está más dispuesto a comprar en tiendas en las que basta con escanear los artículos para pagar. Por eso, la tienda del futuro ofrecerá eso precisamente. Las líneas de caja desaparecerán y los dependientes que hoy conocemos se convertirán en algo tal que asesores especializados. No habrá colas y  la supervisión humana para los pagos se limitará al mínimo imprescindible. ¿Estamos pues ya cerca de las tiendas sin personal? Sí, sin duda: tu tienda preferida –también la de proximidad- se parecerá en veinte años más a una oficina de banco o un concesionario de coches de los de ahora que al comercio al que estás acostumbrado. De hecho, es probable que ni siquiera acumulen stock de productos y que, para ver lo que compras, debas echar mano de pantallas y simuladores.

IA

Más allá de sectores en los que la interacción con un dependiente experto sea crucial para concretar la decisión de compra, la presencia de asistentes humanos en las tiendas puede llegar a no ser necesaria. Hoy, los sistemas de IA y aprendizaje automático asistidos por cámaras y sensores permiten rastrear en tiempo real cada movimiento de un cliente en un espacio comercial. Los datos obtenidos así permiten, también, que ese mismo cliente al que se rastrea reciba igualmente en tiempo real recomendaciones personalizadas en su terminal móvil o su reloj inteligente que harán casi innecesario disponer en la tienda de demasiados productos. De hecho, ni siquiera tendrás que cargar con bolsas, porque lo que compres llegará a tu casa desde un almacén y gracias a una empresa de mensajería. Si sumamos este hecho a otro dato que facilita PYMENTS (el 60% de los compradores prefiere el autopago) queda claro que el modelo de tienda que conocemos tiene los días contados. Y, si nada cambia, los pequeños comerciantes lo tendrán todavía más difícil.