¿Seguro que quieres que te regalen un móvil estas Navidades? Contando que, en el mejor de los casos, en menos de tres años, empezarás a pensar en cambiarlo, quizá no es tan buena idea como parece y, a lo mejor, deberías hacer con tu móvil lo mismo que has hecho o vas a hacer con tu coche: alquilarlo. Y decimos alquilarlo porque, aunque lo llamen renting, no deja de ser lo que es: un contrato del alquiler. Primero llegó a los coches, ordenadores y teléfonos que las empresas entregan a algunos de sus trabajadores como herramienta y, ahora, va más allá y afecta también a tu móvil.

Antes, los móviles eran gratis

Hace años, nadie se lo planteaba, porque al contratar una línea el móvil formaba parte de la promoción o, si no formaba parte de ella, acababa en tus manos por un precio muy bajo, financiado en parte por tu compañía. Después, se puso de moda el pago a plazos, a modo de suplemento en la cuota; pero, hoy, con móviles de alta gama que cuestan 1000 euros o más, a nadie se le ocurren tales procederes y, menos aún, afectando como afectan a un bien que no se salva de ese demonio que acecha a todo electrodoméstico o aparato tecnológico: la obsolescencia programada. Aquí, precisamente, es donde el alquiler cobra sentido como método inteligente de disponer en todo momento y lugar de un móvil adecuado a tus necesidades o, también y no hay que negarlo, a tu frivolidad.

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¿Cómo funciona?

Métodos hay muchos: a veces se exige una entrada y unas cuotas pagaderas cada 30 días y en otras ocasiones basta con una cuota mensual. Por haber, existen hasta contratos multiopción como los de los coches en los que se te cobra una entrada, abonas unas cuotas y aplazas un pago final que, si se abona, permite que te quedes el móvil si te apetece. Si no lo abonas, puedes, simplemente, devolver el móvil, rezar para que lo tasen por un importe similar al de la cuota restante y resolver el contrato o suscribir otro contrato de alquiler para un modelo distinto. Como en telefonía todo avanza rápidamente, hay muy pocos usuarios que no escojan la última de las tres opciones. Con cualquiera de los métodos, y por eso encantan a los que menos dinero tienen, puedes permitirte lucir modelos Premium que jamás podrías comprar pero que, si se alquilan, sí que resultan asequibles. Lo han repetido muchas veces: en la nueva Arcadia que nos aguarda, no tendremos nada y seremos felices.

¿Quién lo ofrece?

Todo el mundo: las operadoras, los fabricantes y hasta comercializadoras de tecnología y, por supuesto, empresas de nuevo cuño creadas especialmente para tal fin. Te ofrecen, claro está, un seguro excelente, móvil de sustitución y hasta te financian algunas reparaciones. Si te retrasas en los pagos, hay comisiones y si dejas de pagar, casi siempre, lo pierdes todo: el móvil, todo lo que llevas en él y hasta tu número en algún caso. De hecho, ni siquiera se molestan en pedirte que lo devuelvas: te lo bloquean directamente. Tú decides.