Que el edadismo es una lacra (y un error) parece fuera de toda duda pero, lo cierto es que existe. Hoy, guste o no, la edad se convierte muchas veces en una cualidad que pueden hacer más interesante a un candidato para un puesto concreto en determinadas circunstancias. Por eso, no está de más tener en cuenta que , si en algún momento te ves en la circunstancia de actuar como candidato a un empleo, debes saber cómo lograr que no te afecte o te afecte menos. ¿Cómo? Nos lo cuenta el orientador laboral Pablo Cobisa en su Linkedin: mediante el aprendizaje continuo, la mejor vacuna que se ha descubierto para evitar que, si te ves en la tesitura de buscar trabajo, puedas poner sobre la mesa elementos que decidan a tu potencial empleador en tu favor.
¿Qué es el aprendizaje continuo?
En entornos de cambio tecnológico como los actuales, el aprendizaje continuo es más importante aún si cabe. En sí, consiste en desarrollar habilidades y conocimientos en respuesta a los cambios o, incluso, adelantándose a ellos. Cuando se aplica como filosofía de trabajo en una organización, ayuda a ésta a aprovechar todo el potencial de sus empleados y cuando quien lo adopta como principio individual es un particular, le vacuna contra los efectos adversos –que siempre los hay- que los cambios disruptivos pueden tener sobre determinadas ocupaciones. La edad deja entonces de tener importancia, porque, más allá de las características personales, todos los empleados (contratados y potenciales) tienen un denominador común, que no es otro que la obligación de actualizar constantemente sus habilidades y conocimientos. Si no cumplen con eso y el aprendizaje continuo forma parte de la cultura de la organización, quedarán descartados en procesos de selección o, si ya trabajan en la empresa, deberán abandonarla.
¿Cómo utilizarlo en beneficio propio?
Pablo Cobisa recoge en su perfil de Linkedin un apunte con una serie de sencillos consejos. Así, y por ejemplo, conviene que cada persona identifique áreas en las que desea crecer y se fija metas claras y alcanzables y, al tiempo, es necesario localizar oportunidades de formación entre las que se cuentan cursos, talleres y conferencias. Leer y mantenerse informado es también imprescindible y, si resulta posible, tampoco es mala idea conseguir el apoyo de un mentor que pueda guiarle en su camino de aprendizaje permanente.