Crean un pez robot hecho con células humanas que puede nadar más de 100 días sin parar. Los científicos han logrado replicar los movimientos de un brazo humano para nadar en el agua como un pez de verdad.

¿Cuál es la idea de un pez robótico impulsado por células cardiacas humanas?

La idea es la de comenzar a realizar proyectos sobre robots híbridos, por lo que han recurrido a usar de referencia el movimiento de los brazos humanos, para que este pez pueda nadar. Pero que cabe destacar no cuenta con inteligencia artificial que le ayude como guía.

Un proyecto que han llevado a cabo investigadores de las universidades de Emory y Harvard, utilizándolo como base para continuar con un proyecto sobre cultivar corazones artificiales orgánicos.

Características de este pez robot hecho con células humanas

Este cuenta con una cola que es flexible, está cubierta por cada lado con una capa de células de músculo cardiaco. Estos son cardiomiocitos derivados de células madre.

Lo más interesante es la forma como este funciona, ya que cuando las células de un lado se contraen, tiran de la cola en esa dirección. Cuando las células del otro lado se contraen, tiran de la cola en decisión opuesta.

Además, las dos capas de células musculares se activan continuamente y entre sí, porque cuando un lado se contrae, el otro se estira, por lo que abren un canal que se conoce como proteico mecano sensible.

Su mecanismo es similar al del marcapasos, puesto que la idea es que se regule de manera automática la frecuencia y el ritmo de contracciones.

Puesto que la idea es que la cola tenga el movimiento adecuado para que el pez se pueda impulsar por el agua.

Estas células musculares terminan funcionando como un circuito cerrado, por lo que los peces pueden nadar por más de 100 días. Pero es notable que a medida que el pez nada cada vez lo hace mejor. Por lo que el pez podría moverse incluso a la velocidad de un pez cebra.

Igual que los músculos de un cuerpo humano mejoran con el ejercicio, el pez fue nadando mejor a medida que pasaba el tiempo, llegando a moverse por el agua a la misma velocidad que un pez cebra.