En 1950, la población sumada de los 27 países que hoy componen la UE representaba un 12,9%, pero hoy sólo representa el 5,7%. Si nadie lo remedia, en 2070 representará sólo el 3,7%. Dichas cifras, sin duda, ponen al espacio geográfico que ha condicionado durante décadas el devenir sociopolítico de todo el mundo ante una encrucijada. En la UE asumen que Europa vive ya en una crisis poblacional que tiene todos los números para convertirse también en económica y reputacional.

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Ni quiebra económica ni invasión militar: simplemente envejecimiento

En 2070, Naciones Unidas estima que la población mundial habrá llegado a los 10.500 millones de personas y, para ese año, se calcula que en Europa vivirán unos 424 millones. De ellos, el 30% serán personas con 65 o más años. Hoy, Europa tiene 447 millones de habitantes y se espera que en 2025 alcance los 449. A partir de 2030, comenzará a descender porque la población productiva (con entre 20 y 64 años) descenderá de manera constante. Con ello, la tasa de dependencia aumentará y el coste sociosanitario crecerá. Sólo, consideran desde la Comisión Europea, hay una oportunidad para mantener los niveles de cobertura social actuales: que la tasa de empleo de la población en edad laboral crezca y los salarios (y con ello las cotizaciones) también lo hagan. En España, la necesidad es más acuciante si cabe. Y para lograrlo, es fundamental revertir la dinámica de las regiones rurales en las que el descenso poblacional está dándose ya.

¿Y Estados Unidos?

Hoy, Estados Unidos es un espacio demográficamente más dinámico que Europa Occidental, pero la situación de aquí a 2070 será similar: las proyecciones calculan que sus habitantes representen un 3,9% sobre el total del planeta. China también perderá peso: el 18,5% de población mundial que hoy representa quedará reducido en 2070 al 12%. En ese año, la media de edad en China será de 49 años, un año más que los 48 que registrará Europa. China, así, calca las dinámicas demográficas de Occidente, pero de manera acelerada: su población envejecerá con rapidez y aunque el declive demográfico reducirá la presión ambiental que ejerce su población, el país tendrá que encarar un desafío importante: si quiere un sistema de protección social comparable a los de Occidente, deberá atender a una población envejecida y dependiente.

¿Quién crece?

Lo más inquietante del escenario futuro que se dibuja para 2070 tiene que ver con los países que concentrarán el grueso de la población mundial en ese año: India; país con escasos recursos, importantes tensiones y un medio ambiente degradado, acogerá al 15,6% de la población mundial. Y África, que hoy acoge al 14% de la población mundial, acogerá en 2070 al 27,4%. El dilema que se nos presenta es simple: ¿importaremos los europeos desde África la mano de obra que nos hará falta ofreciendo aquí a sus habitantes las condiciones de vida que anhelan o apoyamos activamente el desarrollo económico –y democrático- en África para aliviar la presión migratoria que, sin duda, va a experimentar Europa? China ya ha decidido y, por eso, está intentando ocupar en África el papel que, históricamente, había desempeñado allí Europa.