Si eres consumidor ocasional o habitual de pornografía en internet, tienes que saber que tus datos están siendo rastreados por terceras empresas, más allá de las propias webs donde entras a consumir porno. Entre estas compañías se encuentran algunas de las más importantes en internet, tales como Google o Facebook. Pero antes de conocer más sobre este inquietante asunto que afecta a la privacidad, vamos a ver algunos aspectos acerca del consumo de pornografía en la red.
Algunas cifras sobre el porno en internet
Pornhub, la web de temática sexual explícita más importante del mundo, recibió 33.500 millones de visitas durante 2018, lo que supuso más de 5.500 horas de consumo de porno solamente en el sitio líder en internet.
La suma de todas las webs de pornografía reciben cada mes más tráfico que Netflix, Amazon y Twitter juntos. Además, el volumen de negocio de la industria del porno está estimado en 97.000 millones de dólares, de los cuales el 13% procede de los Estados Unidos.
Asimismo, al menos el 30% de todo el dato transferido a través de internet está relacionado con el porno, y un 35% de las descargas que se realizan en la red, también. Por si los datos referidos no fueran lo suficientemente elocuentes, el 64% de los adolescentes y jóvenes entre 13 y 24 años, buscan porno en internet al menos semanalmente.
La privacidad, un problema muy preocupante
El estudio Tracking sex: The implications of widespread sexual data leakage and tracking on porn websites publicado este mismo mes de julio y llevado a cabo por Microsoft y las universidades Carnegie Mellon y de Pennsylvania arrojan datos muy elocuentes en cuanto a la privacidad de los usuarios de páginas de contenido pornográfico.
Según esta investigación, que ha analizado 22.484 webs porno, el 93% de las mismas revelan datos del usuario a terceros. Además, la gran mayoría de la filtración de estos datos a tercera empresas se concentran en unas pocas.
Por si creías hasta ahora que entrar en esos sitios web a través del modo incógnito de tu navegador, el estudio deja claro que no sirve para protegerte de la malsana curiosidad de todos los que esperan rastrear tus datos. El modo incógnito no te libra de ser descubierto, desgraciadamente.
Por si no fuera suficiente con que tus datos se vean expuestos a terceros, la investigación de Microsoft y las universidades desvela información aún más preocupante: “Nuestro análisis de contenido de los dominios de la muestra indicó que el 44,97% de ellos exponen o sugieren una identidad o interés de género/sexual específico que probablemente esté vinculado al usuario”. Es decir, que algo tan íntimo como tus filias en lo referente al sexo o al consumo del mismo en la red tiene una alta probabilidad de no ser en absoluto privado.
Además, para redondear el desastre que suponen estas prácticas intrusivas, el estudio afirma que en algunos casos tus datos se estarían vendiendo entre compañías.