Son gallegos, son líderes en esa tecnología disruptiva que encarnan esos singulares artefactos aéreos no tripulados que conocemos como drones y ahora, también, diseñan modelos de estos dispositivos aptos para ejércitos y fuerzas policiales: nos referimos a Aerocámaras y Arteixo Telecom, dos empresas de la más occidental de las regiones españolas que demuestran que también son hábiles cuando se trata de soluciones aptas para usos militares o de orden público.

 

Dron disuasorio

El primero de los dos es un dron disuasorio denominado Aerohyb Hexacopter equipado con una luz capaz de neutralizar durante dos minutos a cualquier masa de personas sin que quienes la integran sufran daños. Episodios como la aciaga Marcha Verde, que precipitó el abandono del Sáhara por parte de España no habrían sido posibles con un arma de este tipo y, muy probablemente, los recientes asaltos y tragedias vividos en la frontera de Melilla, tampoco. El aparato puede volar durante un máximo de tres horas y recorrer largas distancias.

Dron de defensa

El dron disuasorio se complementa con otro de defensa llamado D-Gun que puede cargar granadas de hasta 60 milímetros capaces de inmovilizar vehículos hostiles o grupos de soldados enemigos. Incluye cámara térmica HD que localiza dispositivos, dispara en vertical y puede recorrer hasta diez kilómetros.