Son suizos, trabajan el Instituto Federal de Tecnología de Lausana y acaban de crear el dron que, a buen seguro, va a revolucionar las técnicas de rescate en montaña: se trata, en concreto, del primer artefacto volador no tripulado parcialmente comestible que, al tiempo que permitirá localizar a personas perdidas en zonas de difícil acceso, podrá suministrarles alimento para que aguanten un poco más hasta que lleguen los servicios de rescate.

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Alas de galleta

Las alas de la aeronave están fabricadas con el mismo material que permite elaborar las galletas de arroz que todos conocemos y uno de sus responsables, el japonés Jun Shintake, explicaba el por qué de manera muy gráfica: “queríamos crear comida que, además, ofreciera lo que ofrece un robot”. El dron mide 70 centímetros de ancho y las alas, pegadas con gelatina, aportan a quien las ingiere unas 300 calorías. El vehículo puede transportar también 80 gramos de agua. A fecha de hoy, el vehículo es comestible en el 50% de su peso y sus creadores quieren ir más allá: “eventualmente, el objetivo es hacer todo con comida”

Diez metros por segundo

Sus singulares alas permiten al vehículo moverse a unos 10 metros por segundo, lo que equivale a 36 km/h. Ya puestos, y siendo suizos, mejor que harina de arroz podrían haber usado chocolate, un material mucho más calórico que, además, no se funde en rescates en alta montaña. En todo caso, la idea es excelente, pero falta perfeccionarla. El dispositivo, tal y como se ha planteado, es capaz de trasladar hasta un herido un 50% más de alimento que un dron convencional de carga.