Nuevo envite de las organizaciones ecologistas extremeñas que se oponen a la explotación del litio que atesora el subsuelo de la comunidad y que puede servir a Extremadura para comprar el billete que se le negó cuando partió el tren de la primera revolución industrial. Ahora, parece, el problema es que la mina proyectada en Cañaveral por Lithium Iberia en la Dehesa Las Navas consumirá mucha agua.

Prospecciones

Tanta como Cáceres capital en dos meses

Lithium Iberia, que continúa con la tramitación que debe hacer posible que la mina se active, ha pedido este otoño a la Confederación Hidrográfica del Tajo, el organismo regulador de las concesiones hídricas en la zona donde se ubicará la futura mina, un caudal procedente de acuíferos con un volumen máximo anual de 2,17 hectómetros cúbicos. La cantidad, informa estos días el diario extremeño Hoy, equivale al agua que la ciudad de Cáceres, con cerca de 100.000 habitantes, consume en dos meses. La planta siderúrgica que Arcelor Mittal mantiene en Veriña, cerca de Gijón, precisa para su funcionamiento de 39 hectómetros cúbicos al año.

 Impacto económico

La mina de litio prevista en Cañaveral creará según sus promotores unos 430 empleos y haría ingresar en concepto de impuestos a los municipios afectados unos 70 millones de euros. Las entidades conservacionistas que integran la Plataforma No a la Mina de Cañaveral argumentan que existe una “propaganda institucional pro mina asociada a las ideas de empleo y progreso”, indican que las experiencias de minería en España se caracterizan “por ser especulativas, cazasubvenciones y acaparadoras y contaminadoras de acuíferos” como, al parecer y según ellos, demostraría el volumen de agua que los promotores del proyecto minero han solicitado. Lo cierto es que la mina de litio prevista en Cañaveral generará, aproximadamente, un diez por ciento de los empleos que mantiene Arcelor en su planta de Veriña y consumirá 19 veces menos agua. Los números, según se utilicen, pueden servir para intereses espurios y contrarios al interés general, que no es otro que el desarrollo de los territorios.