La electrificación del parque móvil europeo acabará, o eso dice Citroën al menos, con el dominio que los todocaminos SUV ejercen con plena tiranía en el sector del automóvil desde hace décadas. El nuevo paradigma de movilidad y, especialmente, las limitaciones que impone la imposibilidad manifiesta de desarrollar baterías más pequeñas, más ligeras y más capaces de igualar la autonomía de un coche con motor convencional parece que va a acabar con el SUV, un modelo que unos aman, otros odian y, al final, todo el mundo acaba comprando.

 

En Francia lo tienen claro

Quien da por amortizados los SUV no es un cualquiera: hablamos de Vicent Cobée, director ejecutivo de Citroën, la empresa que, de un tiempo a esta parte, ha diversificado su gama con berlinas también sobreelevadas como el C4 y el C5X, pero más aerodinámicas. En Renault, con el Arkana, hacen lo mismo y Peugeot, con el nuevo 408, se suma también a la tendencia. No es casual que sean todas marcas francesas: en Francia se grava ya con un impuesto especial a los SUV y que aquí se haga lo mismo es cuestión de tiempo.  

 

La aerodinámica manda

La aerodinámica de las berlinas crossover, que mejora en mucho la de los SUV, permite, si hablamos de vehículos eléctricos, autonomías mayores con baterías de igual potencia y peso. La balanza, si la tecnología no lo remedia, va a decantarse en favor de vehículos más ligeros y con cierta altura libre hasta el suelo pero con menos altura total. Veremos si en Citroën aciertan