Con los agricultores españoles en pie de guerra y sin que ninguna administración sea capaz de ofrecer respuestas concretas a la compleja situación en la que les han ubicado la conjunción de unas obligaciones impuestas desde Bruselas con la competencia de terceros países en los que se puede producir alimentos de forma más barata, son muchos los productores que se interesan por respuestas alternativas como, por ejemplo, los desarrollos agrovoltaicos. En Francia, se han activado diferentes proyectos de este tipo, pero ahora es otro país europeo quien también hacen lo mismo. Los sistemas agrovoltaicos permiten aprovechar un mismo terreno para usos agrarios y energéticos, ya que las placas se instalan sobre los cultivos.
En Baden-Württemberg
Como parte del proyecto Model Region Agri-Photovoltaics for Baden-Württemberg, un consorcio de 13 socios dirigido por el Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar ISE construye ya diferentes plantas piloto agrivoltaicas en el citado länder y disponen ya hasta de resultados. Los primeros son esperanzadores, pues muestran que los cultivos situados bajo las placas se benefician del sombreado parcial y los módulos fotovoltaicos producen más electricidad de lo que se esperaba gracias a la refrigeración que proporcionan las plantas.
“La gran ventaja de la agrivoltaica es que podemos utilizar el espacio dos veces. Esto hace avanzar aún más la expansión solar y, por tanto, la transición energética. Por eso, la inauguración hoy de la planta de Nußbach, la mayor planta agrofotovoltaica de fruticultura de Alemania, es una señal importante. El uso de la energía fotovoltaica y la agricultura pueden entrar en una simbiosis fructífera sin entrar en conflicto por el uso de la tierra”, explican los promotores del proyecto.
Menos pesticidas
El primer sistema agrovoltaico del proyecto se ha instalado en una finca de manzanos de Kressbronn, a orillas del lago de Constanza, y ya se han podido realizar mediciones durante dos años. Los científicos han comprobado que la necesidad de pesticidas es un 70% menor y la de riego un 50% más pequeña. Además, las placas producen un 20% más de lo que se esperaba.