Si proyectos como en los que en su día se impulsaron desde Ciuden –Ciudad  de la Energía (en Ponferrada) o Elcogas (en Puertollano) no se hubiesen abandonado, hoy España podría ser líder mundial en captura de CO2 industrial, pero el desmantelamiento, primero, de la industria española del carbón y, después, de las centrales térmicas que con él se abastecían decidieron a los ministros responsables a olvidar aquellos proyectos tecnológicamente punteros que, de haberse mantenido, hubieran permitido convertir las antiguas térmicas en instalaciones no contaminantes y no fiar el futuro energético del país a unas energías (la eólica y la solar) que deben obligatoriamente combinarse con sistemas de producción continua de energía para garantizar el suministro durante las 24 horas.

Alternativa que no fue

Con las centrales nucleares ya en proceso de cierre, ese papel que podrían haber desempeñado las térmicas que consumían carbón nacional lo acabarán desempeñando centrales que consumirán gas extranjero. Hoy, y mientras Hunosa se plantea volver a activar algún tipo de ensayo de captura de CO2, Estados Unidos lidera la industria mundial de captura de carbono y se espera que su capacidad se multiplique por siete de aquí a 2035, año en el que según BloombergNEF, Estados Unidos tendrá capacidad para capturar hasta 164 millones de toneladas de carbono en 2035.

Hidrógeno

Hoy, gran parte de la actividad de las plantas estadounidenses de captura de CO2 está vinculada a los centros de hidrógeno que se están creando en el país. Alrededor del 80% de la capacidad de hidrógeno anunciada se encuentra en estados afiliados a los centros, donde el carbono capturado se utilizará para la producción de hidrógeno azul. Un matiz importante es que sólo el 2,6% de toda la capacidad de hidrógeno de EEUU ha conseguido acuerdos vinculantes de compra, lo que significa que las decisiones finales de inversión para muchos de estos proyectos están pendientes. Los anuncios de Hunosa, que quiere desempeñar un papel clave en la industria española del hidrógeno, derivan de esta vinculación que en Estados Unidos se da entre los sistemas de captura y la producción de hidrógeno.

 

¿Oportunidad perdida?

La captura de CO2 de origen industrial permite, además, desarrollar nuevas materias primas, lo que otorga a Estados Unidos una posición de privilegio en la revolución industrial verde ya en curso. En España, el desmantelamiento de Elcogas y Ciuden se evidencia, una vez más, como una nueva oportunidad perdida. ¿Estamos ante un nuevo fracaso industrial como el que ya vivió España en el XIX y que tan bien narró Jordi Nadal?