Quizá este año ya no estés en disposición de hacerlo, pero desestacionalizar las vacaciones no es un idea mala. De hecho, y según un reciente estudio de Skyscanner, la plataforma de comparación de vuelos, hoteles y alquiler de coches, más de la mitad de los españoles (57%) está dispuesto a viajar en invierno, pero sólo una cuarta parte (26%) estaría dispuesto a disfrutar del grueso de sus vacaciones durante los meses invernales.

 

El peso de la tradición

La tradición, por supuesto, pesa mucho en un país como España, en el que la palabra vacaciones se asocia siempre al verano. Sin embargo, los cambios socioeconómicos –la española es hoy una economía de servicios en la que la hostelería y la restauración tienen un gran peso que, además, es creciente- pueden empezar a hacer que las costumbres varíen. Y no sólo eso: los precios (las reservas de hoteles en verano han subido este año por encima del IPC) también ayudan.

Las ventajas

De momento, viajar en invierno tiene muchas ventajas. Algunas, como las temperaturas o, también, la posibilidad de disfrutar de la práctica de deportes de invierno, son propias de esas fechas; pero existen otras que se vinculan a la ley de la oferta y la demanda. Así, en invierno los precios son más económicos y el servicio, en la mayoría de los casos y si se descartan los grandes centros vinculados a los deportes de nieve, suele ser mejor. Más de 7 de cada 10 jóvenes españoles (el 73% de los de 18 a 25 años y el 72% de los de 25 a 34) sostiene que elige viajar en invierno porque es más barato que en verano. El precio sigue siendo el factor más importante para los españoles cuando se trata de viajar: el 67% de los españoles afirman que su viaje de invierno depende del precio.