Los yacimientos de litio más ricos de Europa están en Extremadura y, en torno a ellos, se han trazado ya numerosos proyectos cuya concreción se espera con expectación en una región a la que, hasta la fecha, la historia y la economía no han tratado como debieran. Ahora, desde el gobierno extremeño, aprueban una normativa que une los derechos de explotación del yacimiento con los desarrollos industriales que serán necesarios para aprovechar el recurso. La intención es que el litio no sea para Extremadura sólo una materia prima y se convierta en motor de desarrollo.
Industrializar la región
Para el gobierno extremeño, la presencia de litio en la región es una oportunidad para colocar a la comunidad autonóma y, por extensión, a toda España, en una posición central dentro del nuevo mapa industrial europeo que resultará de la revolución verde en curso. Como recurso estratégico, el litio extremeño debe explotarse, pero no para ser exportado a otros territorios y sometido allí a transformaciones para su aprovechamiento, que sería lo más posible.
El desafío, y de ahí el marco legislativo que ha diseñado el gobierno de la región, es que los proyectos mineros sean una pieza de algo mucho más grande: un entramado industrial y tecnológico que hará de Extremadura un motor económico. “Las condiciones que marcamos para condeder licencias de explotación son claras y los promotores conocen las reglas. El litio es un mineral de interés general y sólo podrá salir de aquí convertido en hidróxido de litio, que es lo que más valor añadido le otorga”, explica Olga García, consejera de Transición Ecológica y Sostenibilidad del Gobierno de Extremadura. El yacimiento se explotó mediante minería subterránea ya a entre los años 60 y 80 para obtener estaño y turquesa, aunque también se extraía litio. Ahora, Lithium Iberia planea una explotación más moderna que incluirá cortas y desmontes.
Junto a Portugal
En el proyecto de desarrollo que se está fraguando en torno a la mina de Cañaveral, debe, considera García, activar un “ecosistema incentivador” capaz de estimular nueva iniciativas empresariales y, en el mismo, deberá participar por cercanía y capacidad nuestro país vecino: Portugal. En Navalmoral de la Mata, a unos 90 kilómetros de la mina, está prevista una planta de fabricación de baterías promovida por Acciona y una empresa china y en Setúbal, al otro lado de la frontera, la petrolera portuguesa Galp va construir una planta de conversión de litio cuya cercanía habrá que aprovechar también de algún modo, aunque la intención inicial es que ni un sólo gramo de litio sin transformar salga de España.
La mina de Cañaveral se empezará a explotar en 2025 y permitiría conseguir más de un millón de toneladas anuales de mineral que se transformarán en la propia Extremadura en 300.000 toneladas hidróxido de litio idóneo para baterías si los planes del Gobierno de Extremadura no fallan.