La NASA; además de llegar a la Luna y, dicen que en breve, a Marte; ha desarrollado multitud de tecnologías innovadoras que, primero, sirvieron para hacer más llevaderas las condiciones de vida de los astronautas pero que, después, se han trasladado a la cotidianeidad como la aspiradora sin cables, la fruta deshidratada o las células de energía solar. Hoy, repasamos algunas de las más novedosas y vaticinamos para qué podrían servir.

 

Sensores LiDAR

¿Cómo medir la calidad del aire en un determinado lugar? Es una pregunta que la NASA tuvo que responder antes de planificar los primeros viajes espaciales. Aunque es cierto que existen diferentes productos que se encargan de absorber aire ambiental para poder analizarlo, hay una fórmula mejor para medir la calidad del mismo y es la que utilizan la NASA para conocer qué tipo de aire se va a encontrar cuando, como ha hecho el Perseverance, se aterriza en un lugar desconocido. El sistema implica la utilización de un radar dotado de sensores LiDAR que permiten disfrutar de un análisis poco después de la primera toma de datos. Al no llevar tripulación el Perseverance no había problemas, pero esta tecnología será fundamental para cuando el hombre llegue a Marte.

Esta tecnología, sin embargo, tiene más aplicaciones civiles, ya que nos permite conocer la composición del aire que llena cualquier espacio al que queramos acceder. Para la minería del carbón, donde los mineros se enfrentan siempre al temible gas grisú estos sensores son muy interesantes, al igual que para los espeleólogos, que conocerán el porcentaje de oxígeno que hay en una caverna antes de entrar. Igualmente, estos sensores nos permiten conocer el espesor de una capa de hielo, lo que nos permite hasta cuantificar la cantidad de agua que hay en una montaña.

De momento, se trata de una tecnología muy moderna, porque la primera vez que se ha puesto en práctica ha sido con Perseverance y su futuro dependerá de qué aplicaciones es capaz de identificar el sector privado.

Una aleación de aluminio exclusiva

En las plataformas de lanzamiento de las naves espaciales es necesario aislar siempre determinados elementos clave, ya que las temperaturas superan fácilmente los 1.000 grados centígrados. Para este fin, la NASA ha desarrollado una novedosa aleación de aluminio denominada NASA-427 que fue probada por vez primera en el programa de cohetes Ares de la NASA. Posteriormente, la empresa Evinrude ha decidido incorporarla a usos civiles como la fabricación de motores fueraborda. Con el NASA-427, los motores ganan en potencia y reducen el sobrecalentamiento.

Aerogel, la solución para el frío

El frío, siempre, se combate con capas de ropa de materiales como la piel, el plumón o la lana, pero la NASA tiene otra respuesta: el aerogel.  Este material permite crear prendas de ropas que no requieren una gran cantidad de capas y que destacan por su ligereza. Las empresas especializadas en ropa para deportes de alta montaña lo tienen claro: el aerogel de poliamida les interesa. Además, por su resistencia, podría llegar a servir hasta para sustituir el vidrio de las lunas de los coches.