El vandalismo es un problema que afecta a todas las infraestructuras, sean públicas o privadas y los ferrocarriles no son ajenos a esta situación. Para combatirla, Ferrocarrils de la Generalitat tiene una solución: instalar cierres laterales en una cincuentena de puntos de sus líneas

 

De momento, en dos áreas

Llobregat-Anoia y Barcelona-Vallès son los dos ámbitos en los cuales, con el objetivo de prevenir acciones vandálicas y reforzar así la seguridad del tráfico ferroviario, FGC ha optado por esta solución. Solo durante el año 2023 se sufrieron 32 incidentes de este tipo.

49 puntos

En total, los puntos en donde se actúa son 49: 37 de ellos a la línea Llobregat-Anoia, en municipios del Baix Llobregat, Anoia y el Bages, y 12 más a la línea Barcelona-Vallès, tanto en la capital catalana como en algunos municipios del Vallès Occidental. En todos estos lugares, en función del entorno de cada ubicación, se instalarán mallas electrosoldadas o verjas de entramado de acero, entre otras tipologías de materiales, con una altura total de entre 2 y 3 metros, según las características de cada zona. En el caso de instalación sobre muros existentes, alféizares o barandas, las alturas de los sistemas de cierre serán las adecuadas para conseguir la mencionada altura. Después de que a finales de diciembre empezaran las tareas previas, los trabajos de instalación de las vallas han empezado el mes de febrero, con un presupuesto de 728.000 euros. En una primera fase, los trabajos se llevarán a cabo a la línea Llobregat-Anoia, mientras que el refuerzo de los cierres a la línea Barcelona-Vallès se hará en una segunda fase. La mayoría de trabajos se llevan a cabo en franja nocturna, para no alterar el servicio ferroviario, pero en algunos casos se pueden hacer durante el día, ya que no causan afectación a la circulación.