La música se lleva en las venas, y la forma de bailar, también. Un nuevo estudio ha demostrado que el estilo de baile de cada persona es casi siempre el mismo, independientemente del tipo de música. Y no solo eso, un ordenador ha logrado identificar a cada bailarín con una precisión asombrosa. Parece una cuestión baladí, pero no lo es tanto. Analizar cómo las personas se mueven al ritmo de la música es una herramienta muy útil para entender cómo y por qué la música nos afecta de la manera en que lo hace.
En los últimos años, los investigadores del Centro de Investigación de Música Interdisciplinaria de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, han utilizado la tecnología de captura de movimiento –del mismo tipo que la utilizada en Hollywood– para aprender cómo los movimientos de baile dicen mucho de cada persona, sobre su personalidad y han logrado identificar rasgos como la extroversión o la introversión, el estado de ánimo o incluso la capacidad de empatizar. Buscando este tipo de datos, encontraron algo sorprendente.
El estudio
En total, participaron 73 personas. Los participantes fueron capturados bailando ocho géneros diferentes: blues, country, música electrónica, jazz, metal, pop, reggae y rap. La única instrucción que recibieron fue escuchar la música y moverse de la manera que ellos quisieran.
Los investigadores analizaron los movimientos de los participantes utilizando el aprendizaje automático o machine learning, tratando de distinguir entre los géneros musicales. Pero desafortunadamente, su algoritmo informático solo pudo identificar el género correcto en menos del 30% de las ocasiones. Sin embargo, se sorprendieron al descubrir que el programa informático podía identificar correctamente cuál de las 73 personas bailaba el 94% de las veces.
Es como si los movimientos de baile de una persona fueran una especie de huella digital. Cada uno tenemos una forma de movimiento única, que permanece igual sin importar qué tipo de música se esté reproduciendo. Sin embargo, algunos géneros tuvieron más efecto en los movimientos de baile individuales que otros.
La idea es, a partir de este descubrimiento, los expertos han mostrado su interés en desarrollar algún tipo de aplicación que pueda utilizarse en diferentes campos, como por ejemplo en la vigilancia, porque ofrece un amplio abanico de posibilidades de estudiar cómo nos movemos y cómo bailamos, además de los datos que se pueden extraer acerca de la musicalidad humana.
Ahora los investigadores quieren seguir adelante con su estudio para responder a otras preguntas que se han ido abriendo a medida que avanzaban en los análisis. Por ejemplo, quieren saber si este tipo de firmas de movimiento, es decir, la forma de bailar de cada uno, permanece igual a lo largo de nuestra vida o si cambia.
Y también si se pueden detectar diferencias entre culturas o si los seres humanos pueden ser capaces de reconocer a las personas según su forma de bailar al igual que hacen este sistema informático. Por eso la idea es proseguir con las investigaciones y estudiar qué tipo de aplicación pueden tener en el futuro.