Charbonnages de la France, la empresa fundada en 1946 para nacionalizar el entonces poderoso sector carbonífero francés, cerró su último pozo (La Houve, en Creutzwald, casi en la frontera con Alemania) en 2004 y, desde entonces, no se ha vuelto a sacar una sola tonelada del subsuelo del país cuyas minas inspiraron a Émile Zola para escribir esa monumental novela que es Germinal y que, todavía, están presentes en la cultura popular gracias a escritores como Sorj Chalandon; que narró en 2019 en su novela El Día Antes, la última gran tragedia minera francesa, vivida en 1974 en Pas de Calais y con 42 muertos; o en esa lámpara minera que el RC Lens luce en su escudo. Ahora, en noviembre de 2021, Francia vuelve sus ojos al carbón y reactiva una central térmca, en concreto la de Saint-Avold, en Mosela.


 

 

Parada desde marzo

La central de Saint-Avold quemará carbón de importación, como la española de As Pontes y, también como la nuestra, alarga su vida útil para intentar atender a una demanda energética que disparan los primeros fríos y que no puede cubrirse. Aquí, las renovables no dan para todo y, allí, las nucleares son las que no producen lo suficiente: en Francia tienen 56 reactores ( a nosotros nos quedan 7, tres en Catalunya), pero 32 estaban parados en septiembre por mantenimiento o por corrosión (12) en sus circuitos de refrigeración para emergencias. En una situación así, el despreciado carbón vuelve a mostrarse como lo que es: una manera eficaz, barata y solvente e producir energía.

 

Con prejubilados

Lo más interesante del caso es la manera como la central francesa se ha reactivado: los 70 trabajadores que la gestionan son todos miembros de la antigua plantilla, que han abandonado su prejubilación forzada y, de nuevo, vuelve a prestar un servicio a su país, Els mayores de 50, mal que les pese a muchos, son para cuestiones laborales tan fiables o más que el viejo, honrado y honesto carbón. ¿Qué tal si empezamos (pero en serio) a recuperar de una vez por todas las investigaciones de captura de CO2 que permitirían quemar carbón sin contaminar más de la cuenta y volvemos a poner al servicio de Europa unos activos y unas personas que todavía pueden aportar mucho?