A los coches con motor de combustión les quedan, si las previsiones se cumplen, menos de quince años para, si son nuevos, dejar de venderse en Europa. En 2035, según las previsiones, no se podrán fabricar ya coches con motor de gasolina y gasóleo o con motores híbridos y, por ello, diferentes grupos de investigadores de todo el mundo trabajan en sistemas de propulsión alternativos capaces de otorgar mayor autonomía de movimiento a los vehículos que las baterías eléctricas. Uno de los más interesantes combina propulsión diesel e hidrógeno y permite modificar los propulsores clásicos de gasóleo para que consuman hasta un 90% de hidrógeno verde.
Desde Australia
Los responsables del proyecto son un equipo de ingenieros del Laboratorio de Investigación de Motores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) de Sídney, en Australia y su sistema reduce las emisiones de dióxido de carbono en más de un 85%. En desarrollarlo,m han invertido 18 meses y el resultado es un sistema de inyección dual directa en el que se utiliza, además de una cantidad mínima de gasóleo, hidrógeno procedente de fuentes de energía limpias y renovables.
¿Cómo funciona?
El nuevo sistema de los ingenieros de la UNSW mantiene la inyección original de gasóleo en el motor, pero incluye también otra de hidrógeno que va directa al cilindro y permite resolver las emisiones nocivas de CO2. Los motores diesel se convierten así en propulsores limpios y, encima, ganan un 26% de eficiencia.Cualquier motor diésel utilizado en camiones y equipos eléctricos en las industrias del transporte, la agricultura y la minería podría adaptarse a este nuevo sistema híbrido en tan sólo un par de meses. Es, como hacía Eduardo Barreiros con los motores de gasolina que caían en sus manos a finales de los años 40, una rectificación en toda regla que permite reconvertir el parque móvil actual en otro más ecológico y limpio y evita que millones de coches con años de vida por delante acaben en un desguace. El sistema puede estar listo para comercializarse en 12 meses.