La ganadería, además de producir alimentos, fija población en las zonas rurales, especialmente en las de montaña y, en su modalidad extensiva, garantiza también el buen mantenimiento de los espacios naturales, porque no hay mejor bosque, prado o dehesa que aquel (o aquella) de la que se obtiene un beneficio económico que justifica la obligación de mantenerla en perfecto estado. Sin embargo, la reintroducción o las limitaciones a la caza de depredadores como el lobo o el oso pardo complica la tarea de los ganaderos. ¿Cómo combaten estos riesgos? Con sistemas de geolocalización.

Vaca, vaques
 

 

Experiencia pionera

En Catalunya, en concreto en el Alt Pirineu, funciona desde finales del año pasado un proyecto de este tipo. Allí, mediante collares que porta el ganado y que incluyen chips capaces de emitir una señal que puede captar cualquier móvil dotado de la aplicación adecuada, los ganaderos (de momento de bovino y equino) más modernos pueden  situar geográficamente en todo momento a sus animales. Desde la Generalitat, que es quien activó el proyecto, se detalla que, así, se pretende contribuir a la coexistencia de grandes carnívoros y ganadería extensiva.

Internet de las Cosas

Técnicamente, los dispositivos son idénticos a los chips IoT (Internet de las Cosas) que se utilizan para localizar mercancías en tráfico o materiales en una planta industrial, todo y que, en este caso, aplicados a seres vivos. ¿Podrían en un futuro utilizarse también para animales domésticos más pequeños como mascotas y, así, evitar abandonos? Si una vaca o un caballo pueden portar un collar que permita geolocalizarlos, no debe ser complicado hacer lo mismo con animales más pequeños y manejables. Sería, sin duda, un buen complemento al chip obligatorio.