Los gemelos digitales son réplicas virtuales de máquinas, artefactos o, incluso, espacios reales realizadas a imagen y semejanza que se someten a situaciones idénticas a las que sus clones experimentan en la vida real para poder captar mediante sensores y otros dispositivos reacciones y efectos que permiten predecir qué sucedería en la realidad. La idea nació en Estados Unidos allá por 2002, cuando un ingeniero informático de la NASA llamado John Vickers planteó la posibilidad de crear representaciones digitales de sistemas físicos. Sirven, entre otras cosas, para detectar problemas con antelación y resolverlos de manera rápida ya que, al construir una réplica digital exacta de un producto y de los entornos en los que éste opera, se puede predecir lo que sucederá en el mundo físico. Hasta la UE quiere desarrollar uno para predecir catástrofes.
La inversión se dispara
Dos de los sectores que más invierten en estos dispositivos son el aeroespacial y el de defensa. Así, y según el Instituto de Innovación de Capgemini, los presupuestos destinados a este tipo de desarrollos han crecido en un 40% y representan ya casi el 3% de la inversión total en tecnología que se realiza en estos sectores. Los gemelos digitales, señala Capgemini, son una “baza estratégica” porque permite obtener resultados sin poner en riesgo materiales, personas o capitales.
Tres cuartas partes de las empresas aeroespaciales y de defensa contemplan desarrollarlos
Según el citado Instituto de Innovación, un 73% de las empresas de los sectores aeroespacial y de defensa dispone ya de una “hoja de ruta a largo plazo” para desarrollar sistemas de este tipo. Igualmente, el 61% considera que estas tecnologías son pieza clave de su estrategia de transformación digital porque ahorran costes, reducen el tiempo que separa el diseño de un producto y su comercialización y aumentan las ventas. Sirven, explican, para “reducir el tiempo y los costes de creación de prototipos y pruebas”, lo que resulta especialmente interesante ahora que, por imperativo legal, estas empresas afrontan también procesos de descarbonización que obligan a desarrollar nuevos motores. ¿Para qué construir un prototipo y someterlo a duras pruebas que pueden dañarlo de manera irreversible si para las pruebas te basta con un gemelo digital? Todo ello aparece detallado en el informe Digital Twins in Aerospace and Defense que ha elaborado Capgemini.