El 30% de los jóvenes españoles reconoce que utiliza las redes sociales de manera compulsiva y otro 40% admite discutir, como mínimo, cada semana con su familia por el uso de la tecnología. Son datos de un estudio realizado en Valencia por la Fundación Adsis, pero son extrapolables al resto del país y evidencian una realidad preocupante: los jóvenes españoles no tienen una relación del todo sana con las TIC.

Joven utilizando un smartphone / Pexels

Casi 1.000 encuestados

En el estudio, que forma parte de un programa de prevención de tecnoadicciones, han tomado parte 957 jóvenes estudiantes de ambos sexos con edades de entre 11 y 21 años. Su resultado, concluyen los organizadores, evidencia que existe una adicción cierta a las pantallas entre la población infantil y juvenil y la conclusión principal es que este uso inadecuado deriva de la sobreexposición a las tecnologías que este colectivo padeció durante los meses de la pandemia.

Sin alternativas de ocio o relación, los más jóvenes se refugiaron en los dispositivos electrónicos, lo que creó un hábito de consumo que ahora no se puede modificar. Así, el 75% de los encuestados reconoce que usa más ahora los dispositivos electrónicos que en 2018 y admite “roces semanales” con sus familiares por esta razón.

Más de cinco horas al día

Los estudiantes encuestados admiten que pasa ante las pantallas más de cinco horas diarias durante los fines de semana y que su uso ronda las tres horas en días laborables. Los contenidos más consumidos son los vídeos y las aplicaciones más utilizadas son las que incluyen sistemas de mensajería instantánea. Con todo, lo más preocupante es la razón que los encuestados aducen para justificar su uso de los dispositivos electrónicos: hasta un tercio las utiliza para olvidar problemas, para no sentirse excluido o porque se aburre. En suma, una adicción en toda regla.