El Gobierno ha autorizado, con cargo a los presupuestos del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, dotar hasta los 2,6 millones las ayudas al sector agrícola en materia de sanidad vegetal para las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV) el año 2025, el mismo gasto que la convocatoria del año 2024. Las ADV constituyen un tejido que permite mantener un estado de alerta y vigilancia constante de plagas sobre el territorio. La detección rápida de la aparición de nuevas plagas, enfermedades o malas hierbas, o de cambios en sus patologías o comportamiento, es una herramienta esencial para la prevención, contención y erradicación de estos organismos nocivos para los vegetales.

 

Servicio

La subvención incluye las actuaciones de asesoramiento en gestión integrada de plagas, la colaboración con las redes de seguimiento de plagas, enfermedades y malas hierbas y la realización de ensayos. Este acompañamiento y asesoramiento de los técnicos en el sector en esta gestión integrada de plagas es uno de los objetivos fijados en el Plan|Plano de acción para alcanzar el uso sostenible de productos fitosanitarios en Catalunya 2022-2030. El objeto de estas ayudas es la prestación de los servicios en materia de sanidad vegetal dirigidos a la prevención y mejora de la lucha del sector agrícola contra las plagas y enfermedades de los vegetales. Los gastos subvencionables son las actuaciones de asesoramiento técnico en materia de sanidad vegetal y las dirigidas a la prevención, el control, la erradicación y la mejora de la lucha contra las plagas y enfermedades de los cultivos.

Red agrícola

Actualmente, en Catalunya, hay 122 ADV activas que representan una superficie asesorada de 253.002 hectáreas y suponen aproximadamente un 34% respeto del total declarado a la Declaración agraria DUN. Hay cultivos como el arroz que presentan porcentajes de asesoramiento en ADV en torno al 100%. Otros también de elevada importancia, como la fruta y la viña, presentan porcentajes que superan el 77%, y, en definitiva, posibilitan una gestión más sostenible de la producción agrícola. El uso de técnicas alternativas sostenibles, como la confusión sexual con feromonas, la captura masiva y la lucha biológica contra las plagas, permite reducir los tratamientos fitosanitarios con productos de síntesis, con la mejora económica y medioambiental que eso supone para los agricultores y para el territorio.