Los sistemas agrovoltaicos de producción de energía permiten combinar usos agrarios y energéticos en una misma parcela y sin tener que desplazar al campesinado. De hecho, permiten los campesinos complementar su renta con nuevas fuentes de ingresos. Ahora, la Generalitat, activa, como piloto, el primer proyecto de esta nueva manera de explotar los recursos.

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Sistema mixto

El sistema combina aprovechamiento agrario y eléctrico en una misma extensión de manera que el uso compartido de la radiación solar puede permitir que haya dos actividades económicas en la misma superficie, y de esta manera una mejora de la competitividad del sector agrícola. La Dirección General de Agricultura y Ganadería ha desarrollado para regularla una normativa que fija unos criterios generales y unos criterios específicos relacionados con el uso del suelo, el rendimiento de los cultivos y las diferentes tipologías de sistemas de apoyo que tienen que tener estas instalaciones.

Obligación de mantener la actividad agraria

De esta manera, la normativa establece que es obligatorio mantener la actividad agrícola durante toda la duración del proyecto agrovoltaico. En concreto, se tiene que garantizar que el rendimiento del cultivo agrícola en la superficie total del proyecto después de la construcción de la instalación agrovoltaica sea como mínimo el 60% del rendimiento de referencia. De la misma manera, no se podrán llevar a cabo instalaciones que puedan alterar la estructura natural del suelo ni utilizar soleras de hormigón para evitar la compactación y degradación del suelo agrícola, excepto en los centros de transformación y las vallas.

En Mollerussa

El primer proyecto piloto fotovoltaico en fruteros de Catalunya se ha activado en dos plantaciones que ocupan 2.880 m2 y que se ubican Mollerussa. En total, y entre las dos instalaciones, se han instalado 322 paneles fotovoltaicos con una producción energética máxima de 165 kW. El objetivo general del proyecto es evaluar este sistema de explotación de la tierra para conocer la cual supone que la radiación solar incidente sea captada por los paneles solares y por los cultivos, buscando la optimización de los dos sistemas. Además, permitirá evaluar la integración de los dos sistemas, incluyendo los condicionantes y el diseño para optimizar el sistema.

El proyecto despliega las placas solares instaladas a una altura más elevada del terreno agrícola que dejan espacio entre sí para que la luz solar llegue a las plantas cultivadas. Esta disposición permite a los cultivos recibir la cantidad de luz solar necesaria para su crecimiento, mientras que las placas solares capturan la energía solar para producir electricidad. La experiencia se ha iniciado este 2024, de manera que a lo largo de este año ya se dispondrá de los primeros resultados, aunque se trata de un proyecto a largo plazo (5 años) para evaluar el efecto acumulativo de la reducción de la radiación sobre la producción agrícola.