Las empresas deeptech son una nueva tipología de startups con raíces en la ciencia, la tecnología o la ingeniería, que basan sus productos y servicios en conocimientos científicos y tecnológicos resultantes de procesos d'R+D con un alto potencial transformador. Son empresas disruptivas y orientadas a resolver grandes retos globales de una manera innovadora, creando nuevos mercados, para dar respuesta a necesidades que surgen a partir de nuevos contextos como el cambio climático, la falta de recursos naturales, la mejora de condiciones de vida y de la salud, o la digitalización de la industria, por ejemplo. La Generalitat, mediante su Departamento de Empresa y Trabajo, quiere dar todavía mes impulso al desarrollo de empresas de este tipo y, para conseguirlo, destina este año 2 millones de euros al impulso de 20 de estas startups en sus fases inicio. Se trata de una nueva convocatoria del programa Startup Capital, que concede ayudas directas de hasta 100.000 euros por empresa, con especial énfasis en aquellos proyectos que se centran en resolver retos globales, buscando nuevas soluciones en ámbitos como la sostenibilidad o la salud.
Una veintena
Las startups seleccionadas este 2024 son Agrikola AI, Aridditive, Atom H2, Banting Labs, Brain Focus, CellFlow, Debios DX, Disrupt Therapeutics, Green Tribology Solutions, KMI (MPI), Limitless Technologies and Applications, Nema Health, OptiGen, Phoenix Foods, Planet Biotech, Red Beat, Slimop Space, TalpTech, XPND y Yplasma. Se dedican mayoritariamente a ámbitos como la salud, las energías renovables y las soluciones para el planeta del futuro, la agricultura o la digitalización. Estas startups trabajan con tecnologías como la inteligencia artificial, la impresión 3D o la computación avanzada. Por su naturaleza, las deeptech requieren talento con conocimientos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en las siglas en inglés) y un elevado nivel de especialización, así como más tiempo y recursos que otros startups, para superar niveles de riesgo superiores, tanto con respecto al desarrollo tecnológico como al mercado. En este sentido, la línea de ayudas Startup Capital quiere servir como un instrumento de impulso para estas empresas de base tecnológica de reciente creación, con el objetivo de ayudarlas a financiar las fases a más críticas de sus proyectos, las iniciales, para que puedan empezar a desarrollar sus productos o servicios, o validar sus modelos de negocio para llegar al mercado.
Impulso a las fases iniciales
La ayuda se concede a fondo perdido y por concurrencia competitiva, con el objetivo que los emprendedores puedan financiar diferentes actuaciones derivadas de la ejecución de su plan de empresa. En paralelo a la obtención de la ayuda, Startup Capital también prevé ofrecer a las empresas seleccionadas sesiones de mentoratge y networking, además de un Deeptech Bootcamp, un programa de formación en áreas como el management, la adaptación de los productos a las necesidades del mercado y la financiación. Además, también se organiza una sesión en que la veintena de startups presentará sus proyectos delante de un panel de una decena de fondos de inversión especializados en tecnología, con el objetivo que puedan validar sus modelos de negocio y prepararse para buscar financiación.
Casos de éxito
Entre los casos de éxito de empresas beneficiarías de la ayuda, destaca, por ejemplo, el de Gate2Brain, nacida después de 15 años de investigación, con el objetivo de mejorar el transporte de fármacos al cerebro y con los tumores cerebrales pediátricos que hasta el momento no se aseguran como la primera indicación de que se beneficiará de la tecnología. Después de pasar por el programa, la empresa tiene previsto empezar los primeros ensayos clínicos en el 2026 en el Hospital Sant Joan de Déu.
Por otra parte, Sin Solutions, fundada en el 2016, ha desarrollado un sistema de análisis de la calidad del agua y el aire para detectar contaminantes biológicos en tiempo real. A partir de un primer sistema centrado en la detección de bacterias como la legionela, ha realizado varias pruebas en diferentes hospitales europeos, para garantizar la calidad del aire de los centros y reducir, así las infecciones de los pacientes.
Finalmente, Keybotic, que se creó en el 2020 después de ganar uno de los principales concursos de robótica a los Estados Unidos, ha desarrollado un perro robot que inspecciona espacios industriales con riesgo potencial para las personas, como zonas donde podría haber habido un escape de gas o un desprendimiento. El robot realiza la inspección de manera autónoma, sin poner en riesgo al personal humano, y también envía alertas en caso de detectar cualquier incidencia gracias a su combinación de sensores e inteligencia artificial. Hasta ahora, ha conseguido financiación de unos tres millones de euros para llegar al mercado.