La cifra de matriculaciones de coches eléctricos en España están lejos de las previsiones del Gobierno y, también, de las de la UE, pero tal circunstancia (que se afianza de manera tozuda) no desanima al ministro del ramo. Jordi Hereu, el responsable de la cartera de Industria y Turismo, repetía este 17 de abril que confía en que España alcance la media europea “durante lo que queda de legislatura”. Hacerlo implicaría doblar el actual porcentaje de vehículos de este tipo. En 2023, y según la OCU, sólo un 5,4% del total de vehículos vendidos en concesionarios españoles eran eléctricos.
Proceso “irreversible”
Para Hereu, el proceso en curso es “irreversible”, aunque admite que hace falta una mejor infraestructura de recarga: “es evidente que ahora no tenemos la cuota que queremos”, indica. Al tiempo, reconoce también que el precio de los coches eléctricos no es el mejor, pero confía en que “vaya bajando” gracias “a la competencia”. Sobre la degradación de las baterías, que afecta a su capacidad de recarga, el ministro no dice nada. Ése, precisamente, es el tercer factor disuasorio –los otros son el precio y la inexistencia de una red de cargadores suficiente- que enfrentan quienes se plantean adquirir un coche eléctrico.
Empuje tractor
Con todo, Hereu, considera que hay elementos que permiten ser optimistas. Uno, quizá el más importante, es el que aporta el reciente acuerdo entre el fabricante chino Chery y la marca Ebro, que se traducirá en la recuperación de la antigua planta de Nissan en la Zona Franca. Dichas instalaciones se emplearán para producir vehículos eléctricos y el Ministro da por hecho que tras Chery, llegarán “más fabricantes chinos”. Para garantizarlo, eso sí, hace falta “un trato específico para los proyectos de nueva implantación que se consideren estratégicos”.