¿Pueden matar los robots? En Google saben que sí y, por eso; tras conocer que en 2022 un robot rompió un dedo a un niño mientras jugaba al ajedrez, sabe que un operario de Volkswagen murió tras ser golpeado en el pecho por un androide o que, en Estado Unidos, una mujer murió también en una cadena de montaje después de que un robot defectuoso golpease su cabeza; trabajan ya en un código de conducta que se incluirá, esperan que por ley, en el software de todos los robots.

 

Inspirada en Isaac Asimov

La norma se inspira en las tres máximas de Isaac Asimov, que establecen como obligatorio que un robot no haga daño nunca a un ser humano ni pueda permitir que uno sufra daño por inacción suya, que el androide cumpla siempre toda orden humana que no entre en conflicto con la primera máxima y, por último, que los robots tratarán de preservar siempre su integridad si ello no entra en conflicto con las dos máximas primeras. En Google, están desarrollando estas normas desde su equipo de robótica y han establecido ya que los robots no participen en tareas que involucren humanos o animales o en las que interactúen con objetos punzantes o aparatos eléctricos.

Detención automática

Al tiempo, Google ha programado sus robots –gestionados mediante su empresa filial DeepMind- para que se detengan automáticamente si la fuerza que ejercen supera cierto umbral. Igualmente, todos sus androides incluyen un interruptor físico de apagado fácilmente accionable. Con estas sencillas normas, lo que sucedió en Moscú - o lo de Alemania en 2015- durante la partida de ajedrez citada jamás hubiese ocurrido.