Lleva años hablándose de ellos como alternativa proteínica y solución a la crisis alimentaria y ya los tenemos aquí: una empresa de Salamanca llamada Tebrio, quiere elaborar harinas con estos animales para destinarlas al consumo humano y animal.
Para piensos (y más cosas)
El insecto elegido se llama Tenebrio molitor o, si se prefiere, el gusano o escarabajo de la harina. Se le llama gusano, claro, cuando es sólo una larva y escarabajo en su forma adulta y, al parecer, la forma larvaria es la más interesante para usos alimentarios. Sea como fuere, lo cierto es que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) autorizó ya en la primavera de 2021 su consumo como aperitivo –en forma de insecto seco- o como ingrediente de galletas, pastas o polvos proteicos. O sea: en forma de harina y molido.
La empresa Tebrio, hasta la fecha, se ha dedicado a comercializar proteínas derivadas del citado insecto para elaborar péptidos capaces de controlar los niveles glucémicos de personas con diabetes que podrían llegar a eliminar la insulinodependencia y otros alimentos de los denominados funcionales, que son aquellos que añaden a sus cualidades nutricionales otras vinculadas a la salud. Ahora, Tebrio quiere dar un salto cualitativo y propone empezar a elaborar alimentos destinados al consumo humano porque los animales, en concreto desde 2017, ya pueden alimentarse de piensos elaborados con este gusano. Cerdos, gallinas y truchas comen ya desde hace años harina de gusano. Hasta tu perro, si come pienso, ingiere lípidos extraídos de la harina que se elabora con estos simpáticos (por decir algo) gusanos.
Muchas ventajas
Y es que lo de comer insectos, dicen desde Tebrio, es una maravilla: se liberan millones de hectáreas de cultivo, se evita depender de grandes productores de cereales como Rusia o Ucrania y hasta nos hacen falta menos fertilizantes. Hasta gasóleo se ahorra, porque no hay que cultivar nada y una granja de gusanos ocupa poco. Las larvas del escarabajo de la harina tienen un elevado contenido en proteínas y ácidos grasos esenciales y son, cuentan, “altamente digeribles”. Apetitosos, no obstante, no parecen, aunque transformados en harina, ni cuenta nos daremos.