Uno de los sectores en los que mayor volumen de aplicaciones posibles tiene la IA es el sanitario y, tanto es así, que hasta la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha incorporado ya a su operativa cotidiana. ¿Cómo lo ha hecho? Con un asistente en su espacio web que dispone de las capacidades que sólo pueden aportar a una aplicación informática las herramientas de IA generativa.

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Sarah

El asistente se llama Sarah y es, de hecho, una versión mejorada de otros anteriores que empleaban herramientas que no incorporaban las capacidades que se derivan del uso de la IA generativa. Gracias a los modelos de lenguaje que incorpora, Sarah es capaz de prestar asistencia en ocho idiomas diferentes sobre diferentes temas de salud. Utilizarla es gratuito.

¿Qué ofrece?

La información que brinda versa sobre hábitos saludables, bienestar cotidiano y derecho a la atención sanitaria. Informa también sobre conductas o factores de riesgo (tabaquismo, obesidad, estrés o sendentarismo) que se vinculan a dolencias como el cáncer, las cardiopatías o la diabetes

 “Sabemos que el futuro de la salud es digital”, asegura Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OM, y,  por este motivo la organización se marca una prioridad:  aprovechar todo el potencial de las nuevas tecnologías. Sarah, explica el director, “es un ejemplo más de las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial para dar un acceso mejor y más interactivo a la información sobre salud en el futuro”.