Aquellas lejanas épocas en las que la batería del móvil podía durar hasta una semana no volverán ya: las múltiples aplicaciones y utilidades de esos pequeños ordenadores personales que llevamos siempre encima exigen un aporte constante de energía, así que lo más inteligente es identificar estrategias para cargar nuestro smartphone más deprisa y de manera más cómoda y  no depender siempre de la cercanía de un punto de recarga o de una batería portátil.

 

 

Mejor en modo avión

Es de sentido común: si a un dispositivo le ahorras procesos, su consumo de energía será menor y el proceso de carga será más rápido. Conviene, por tanto, cargar siempre el teléfono cuando está apagado o, en su defecto, en modo avión. Por supuesto, el consejo sirve tanto para iPhone como para Android. Las baterías, tanto las de los móviles como las de los coches, se degradan, pero podemos conseguir que ese proceso se dilate más en el tiempo si cargamos siempre el dispositivo cuando está apagado o con un gasto de energía mínimo. Cargar así una batería equivale a conseguir que dure más, sufra menos daños y cargue más deprisa.

Más consejos

Lo primero, controla el consume. Puedes hacerlo desde los ajustes de batería. También es Buena idea utilizar siempre las últimas versiones de los sistemas operativos, ya que ahorran energía. Por último, aleja tu teléfono del calor o el frío extremo puede dañar la batería de los dispositivos. En el caso de lo primero, puede provocar que el litio con el que suelen fabricarse se resienta y su vida útil se vea perjudicada. La batería es tan importante que su duración es, precisamente, uno de los factores que condicionan de forma mayoritaria la decisión de compra de los usuarios.