Atrás ha quedado la época donde lo arcaico o lo tradicional era lo que vendía, una prueba de ello, es que los hermanos Torres, que cuentan con el restaurante de dos estrellas Michelin llamado Cocina Hermanos Torres, han recurrido a la tecnología para hacer sus recetas.

Toda persona que visita España siente curiosidad por consumir algunos de los platos que ofrece el país como potencia gastronómica, y aunque esto no va cambiar en el corto plazo, la innovación ha pasado a ser una carta que también entra en juego de los chefs más reconocidos del país para mantenerse a flote.

Sergio y Javier Torres

La necesidad de ofrecer innovación

Vivimos actualmente en un mundo donde todos estamos entrelazados, por lo tanto, los cocineros que en el pasado se centran en producir para personas adineradas, ahora también tienen que preocuparse por sorprender a los nuevos consumidores.

En este momento, los hermanos Torres están haciendo uso en su cocina de un producto que han decidido llamar Foodini. Es una impresora 3D con dotes culinarios. Fue creada por Natural Machines, permite a los chefs combinar y producir recetas de todo tipo, con un aprovechamiento especial de sabor.

Foodini

No sólo se obtiene un mejor aprovechamiento de los recursos, sino que además la cocción hecha por láser evita la producción de elementos nocivos para el cuerpo humano. Muchos de los platos no necesitan agua o aceite para producir, lo que representa un mejor uso de recursos.

La impresora 3D tiene la posibilidad de ofrecer diversos tipos de platos con los mismos materiales y en tiempo de cocción mucho más rápido y exacto que un fogón de leña o de gas.

Haciendo recetas con la impresora 3D

Combinación de lo tradicional con lo tecnológico

Desde el punto de vista innovador, en estos momentos España está creando una cocina internacional que permite crear productos emulsionantes, espesantes, texturizantes y gelificantes. Básicamente, los españoles están haciendo a nivel mucho más avanzado, lo que disfrutan los usuarios comunes con una freidora de aire.

Es más que probable que en los próximos años vayamos a un restaurante a comer una carne agridulce que tenga endulzantes sin azúcar, carne de origen vegetal y el mismo sabor del rincón de carne que consumían por tu casa, pero con mucho menos grasas malas.