Aparentemente, es como cualquier otro tren de cercanías salvo por un detalle: del techo de uno de los vagones sale vapor de agua. ¿Significa eso que hemos vuelto 60 años atrás y que las locomotoras diesel y eléctricas van a ser desplazadas por el venerable (y glorioso) vapor de Isambard Kingdom Brunel, Goroge Stephenson o Livio Porta? No, sólo significa que hay un nuevo sistema de propulsión sobre las vías europeas y que se llama hidrógeno.
Con el sello de Alstom
El primer tren propulsado con hidrógeno que presta servicio en una línea comercial europea ha sido fabricado por Alstom y circula por vías alemanas gracias a un operador, LNVG, que ha decidido sustituir los 15 trenes diesel que prestaban servicio en una de las principales líneas de pasajeros de la Baja Sajonia por modernos convoyes sostenibles.
¿Cómo son?
El tren se llama Coradia iLint y cuenta con baterías de pila de hidrógeno integradas en la parte superior de los vagones que le otorgan autonomía suficiente para recorrer más de 1.000 kilómetros cada día por tramos de vía sin catenaria. Las pilas se recargan, cada noche, en las cocheras, que disponen de un punto de abastecimiento. La puesta en servicio de estos trenes llega después de cuatro años de trabajo y, hay que reconocerlo, son un 20% más caros que los convoyes diesel que todavía fabrica la propia Alstom. Por dentro, son idénticos a cualquier otro tren pero, en lo mecánico, son más verdes. En Francia, líneas clausuradas hace años como la Montréjeau-Luchon, a tiro de piedra del Val d’Aran, podrían reabrir gracias a esta tecnología ferroviaria.