España, durante su larga historia, seguramente sea uno de los países que más plata han extraído del subsuelo pero, además de en Zacatecas y en el Cerro Potosí, lo ha hecho en otros lugares, algunos mucho más cerca de lo que te imaginas. Uno de ellos es Hiendelaencina, en la provincia de Guadalajara. Ahora, el ayuntamiento de esta localidad quiere convertir esta yacimiento, que no se explota, en un atractivo turístico.
Muy cerca de Madrid
Hiendelaencina tiene actualmente 115 habitantes y está a menos de 150 kilómetros de Madrid. Desde 2016, funciona en el pueblo un pequeño museo, el Centro de Interpretación el País de la Plata, pero ahora Mariano Escribano, alcalde de la localidad, quiere ir más allá y ha conseguido el dinero necesario para hacerlo, porque dispone de 2,3 millones de euros gracias a la administración central, regional y autonómica. Con ellos, pretende habilitar parte de las antiguas galerías para que puedan visitarse, algo que espera poder haber completado en 2025. La actuación se desarrollará en la antigua mina de Santa Catalina, de la que se conserva hasta el castillete.
Fiebre de la plata
En Hiendelaencina la plata se descubrió en 1844, más o menos en la misma época en la que Estados Unidos vivía las Fiebres del Oro de Georgia, los Apalache y Nevada, y tuvo efectos parecidos: la población se disparó hasta los 5.000 habitantes, los servicios se multiplicaron, fue necesario construir nuevas viviendas, comercios, plantas de tratamiento y hasta una nueva iglesia y todo se empezó a esfumar en torno a 1920, cuando las minas declinaron y la población cayó por debajo de los 1.000 habitantes. En los años 80, ya con sólo 200 vecinos en el pueblo, únicamente se mantenían activas labores de aprovechamiento en las escombreras, pero se llegó a instalar un castillete sobre el brocal del Pozo Santa Catalina, que fue desaguado hasta su nivel 270, con el objetivo de retomar las explotaciones, pero los precios internacionales de la plata hicieron que la compañía que emprendió el proyecto, Minerales Mercader, desistiera del mismo. Hoy, Hiendelaencina mantiene poco más de 100 habitantes. Ahora, de la mano del turismo y la recuperación del patrimonio industrial minero, el pueblo quiere, si no renacer, si, al menos, mantenerse.
