Es lo que tienen todos los inventos: cuando caen en las manos equivocadas, no sirven para nada bueno. Esta vez, al invento al que le ha tocado es a la IA y los amigos de lo ajeno, dando la razón sin saberlo al mismo Bill Gates que nos avisaba del potencial disruptivo de esta tecnología, se han puesto manos a la obra para practicar con ella una maldad pequeña y mezquina que es la que practican todos los que viven de engañar al prójimo: utilizan la IA para recrear voces de personas y, con dichas grabaciones, engañar a ancianos y pedirles dinero.

Con treinta segundos les basta

Tampoco es que se esmeren mucho: facturan, de hecho, pequeños fragmentos desarrollados a partir de grabaciones reales robadas de no más de 30 segundos suministradas a un software que copia el timbre y el tono de la grabación de voz que se le suministra para generar nuevos audios que, a oídos de un allegado de la persona que realizó la grabación primera, pasan por verosímiles. Lo que cuenta es fácil de imaginar: peticiones de auxilio, solicitudes de transferencias y chantajes varios. Cuando vuelvas a recibir una llamada no deseada de esas que llegan a horas inconvenientes y que no suelen incluir contestación alguna, mejor no contestes: si hablas podrían estar grabándote

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Once millones de dólares

En Estados Unidos, y quien lo cuenta es el Washington Post, ya se ha robado el equivalente a unos once millones de dólares mediante esta elaborada estafa. La herramienta que emplean es un software de síntesis de voz desarrollado por ElevenLabs y la licencia mensual de uso no cuesta más de 330 dólares. Hasta Microsoft ha desarrollado un sistema de este tipo.