Llega el 1 de enero, el Gobierno espera que le sirva para recaudar hasta 500 millones de euros y debería, al menos, hacer que despegue la producción de plásticos biodegradables, pero también va a tener notables repercusiones en nuestro bolsillo, porque las grandes distribuidoras van a trasladar el sobrecoste que les va a suponer al consumidor.

 

Impuesto indirecto

La finalidad del impuesto, y así lo indica el Gobierno, es reducir la generación de residuos derivados del uso masivo e inncesario de envases de plástico no reutilizables. Lo que se establece es que, cualquier empresa que utilice envases de este tipo, deberá pagar a la Agencia Tributaria 0,45 euros por cada kg de plástico que no recicle. Y afecta a cajas, envases, cintas de embalaje y papel film. El objetivo es que el volumen de residuos generado mengüe en un 15% en relación a 2010.

¿Cómo afectará al consumidor?

La nueva tasa afecta a sectores como el de la alimentación, el de las bebidas, la perfumería y la cosmética., la droguería, la hostelería, el textil, la ferretería y el bricolaje y hasta la tecnología y, sí, va a acabar afectando a tu bolsillo, porque las diferentes patronales dan por hecho que puede implicar incrementos en el precio de venta al público de hasta el 7%.