Por mucho que Europa y Estados Unidos avancen en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible, la revolución verde no será posible sin contar con India y China. Por población y desarrollo industrial, los dos gigantes asiáticos que son, además, fábricas globales, son agentes a tener en cuenta. En la India, el gobierno cuenta con triplicar su capacidad de producción de energía renovable en 2030, pero para lograrlo necesitan dinero. Y no es precisamente poco.

India paneles solares
 

Casi 400.000 millones de dólares para alcanzar las cero emisiones

De entrada, la India precisa de 293.000 millones de dólares para financiar los proyectos que tiene en marcha y alcanzar los objetivos fijados para 2030. Si lo que se pretende es convertir la economía India en net zero (cero emisiones), que es lo que propone la Agencia Internacional de la Energía, todavía harán falta más fondos. ¿Cuántos? Según los expertos de Ember, 101.000 millones de dólares más. En total, 394.000 millones. Ember es uno de los think thank energéticos más prestigiosos del globo.

¿Qué plantean?

El Gobierno indio contempla producir en 2030 un 32% de su electricidad con sistemas fotovoltaicos y un 12% con parques eólicos. Así, de aquí a 2030 deberán de instalar 115 GW más de energía solar y 9 GW adicionales de parques eólicos. Hoy, disponen de 113 GW de potencia eólica instalada y de 333 GW de potencia fotovoltaica. El principal problema que aborda el país asiático es el de la inversión, porque las necesidades superan la capacidad local, que se sitúa hoy en 75.000 millones. ¿Hay solución? Sí, que Occidente invierta allí. Si no, la revolución verde será incompleta.