De aquí a 2050 están planificadas en todo el mundo decenas de nuevas centrales de carbón, petróleo o gas y, con ellas y los proyectos de energías renovables comprometidos, se satisfará la demanda global de energía, pero una entidad clave ha dicho basta: el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible. ¿Qué quieren? Que no se apruebe ni un proyecto más de centrales productoras de energía en las que el combustible utilizado sea de origen fósil.

carbón
 

De la mano del University College of London

La exigencia llega en un momento en el que la UE está planteándose ya alternativas a la descarbonización completa de la movilidad, ya que se da por hecho que los vehículos con motor de combustión convivirán durante muchas más décadas- probablemente para siempre- con los eléctricos. En su planteamiento, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible tiene un aliado: el University College of London. Ambas organizaciones consideran que si no se impone un veto total a las centrales de gas, carbón o petróleo no se podrán cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible ni en 2030, ni en 2050 ni nunca. Econucleares, la organización que defiende en España la producción de energía con reactores nucleares, tiene claro que en España se construirán nuevas centrales de gas si las nucleares que existen se cierran.  “Si los gobiernos cumplen los cambios prometidos para evitar que el mundo incumpla sus objetivos climáticos, no se necesitarán nuevos proyectos de combustibles fósiles”, explican desde el Instituto.

¿Base científica?

Quienes así piensan aseguran disponer de una “base científica rigurosa” para que los gobiernos globales prohíban nuevos proyectos de combustibles fósiles y, al tiempo, “activen un declive controlado de la industria de los combustibles fósiles, al tiempo que fomentan la inversión en alternativas de energía limpia”. En España, donde desde que gobierna Pedro Sánchez se pretende ser campeones en sostenibilidad, ése “declive controlado” no hará falta: Nicolasa, la última gran mina de carbón activa del país, cerrará este año o el próximo y las nucleares tienen también ya sentencia final. Desde el citado Instituto explican cuál es esa base científica que aseguran tener: si los combustibles fósiles siguen formando parte del mix energético mundial, el calentamiento global superará los 1,5 grados sobre los niveles preindustriales que el Panel Intergubernamental sobre el cambio climático de las Naciones Unidas fijó como el máximo aceptable. Hay, sin embargo un problema: no explican cómo garantizarán la potencia de respaldo que hoy aseguran los combustibles fósiles. La única salida, por muy fósil que sea el uranio y muy poco sostenible que determinados ecologistas consideran a la energía del átomo, son las nucleares.