Lo han conseguido en Estados Unidos y quienes lo han hecho posible son los integrantes de un equipo de investigadores formado por talentos de tres universidades diferentes (Houston, Estatal de Jackson y Howard). Se trata de un nuevo condensador de alta densidad energética que puede acabar con las dificultades que existen para almacenar la energía producida con sistemas de producción solares o eólicos.

 

¿Qué es un condensador eléctrico?

Los condensadores son elementos esenciales de todos los dispositivos electrónicos y sistemas de almacenamiento de energía, ya que permiten liberar rápidamente grandes cantidades de energía. Así, son fundamentales en cualquier aplicación industrial que requiera altas potencias eléctricas. Nos lo detalla el ingeniero qúimico Alamgir Karim, de la Universidad de Houston: “los condensadores de alta energía y potencia son fundamentales para un suministro confiable de energía, especialmente a medida que aumenta el uso de fuentes renovables. Sin embargo, los condensadores dieléctricos actuales no almacenan tanta energía como otros dispositivos, como las baterías. Su alta densidad de potencia los hace atractivos para una multitud de aplicaciones. La cantidad de energía que puede almacenar un condensador depende de su permitividad y de su resistencia a la ruptura dieléctrica y, para aumentar el almacenamiento de energía de un condensador, tenemos que mejorar ambos”, detalla.

¿Cómo lo han logrado?

Mediante polímeros en capas con nanorrellenos 2D orientados formados por copos de materiales 2D exfoliados mecánicamente y dispuestos en capas específicas para crear una estructura tipo sándwich, el equipo ha logrado un diseño ultrafino, más delgado que un cabello humano que ofrece un rendimiento mejorado en términos de densidad energética y eficiencia en comparación con los condensadores que emplean nanorrellenos mezclados al azar. Se espera que estos condensadores híbridos encuentren una amplia gama de aplicaciones en el futuro, desde dispositivos médicos como marcapasos hasta sistemas electrónicos y vehículos eléctricos. Los investigadores están comprometidos a continuar ampliando las capacidades de almacenamiento de energía mediante el desarrollo de interfaces orgánicas-inorgánicas continuas en estos nanocompuestos.