Primero fueron los drones iraníes Shahed-136 y Mohajer 6 atacando ciudades como Odesa, Mykolaivo, Dnipro y hasta Kiev y, ahora, van a llegar los misiles persas. Rusia ha gastado mucha munición durante estos meses de guerra, pero tiene un socio de excepción: el régimen de los ayatollahs, que le proporciona armamento de calidad, barato y eficaz junto, por supuesto, a asesores especializados.
Ahora, misiles
Tras los drones con los que Moscú bombardea día sí y noche también las principales ciudades ucranianas, ahora van a llegar los misiles: en concreto, serán dos modelos, el Fateh-110 y el Zolfaghar, capaces de alcanzar, respectivamente, objetivos situados a 300 y 700 kilómetros. Después, llegarán más drones, porque Putin está encantado con el resultado que obtiene de los Mohajer-6 y de los ligeros y destructivos Shahed-136. Irán sabe además lo que vende: tanto los Fateh-100 como los Zolfaghar han sido entregados a grupos armados como los hutíes de Yemen.
Potentes y precisos
Los analistas americanos destacan que se trata de misiles potentes y razonablemente precisos a distancias relativamente cortas que otorgan nuevas opciones de ataque a los rusos y una fuerza renovada. Irán, además, puede que sea sólo el principio, porque Corea del Norte también dispone de misiles y otro armamento tecnológico del que podría echar mano Putin. Desde la UE, Josep Borrell ha amenazado a Irán con sanciones, pero nada indica que los ayatalloahs estén preocupados por ello.