Los satélites, como cualquier otro artefacto tecnológico, tienen una vida útil limitada y, cuando esta concluye, se convierten en residuos que caen a la Tierra o quedan en órbita vagando sine die. La basura espacial, tras casi tres cuartos de siglo de industria aeroespacial, se ha convertido en un problema y, para solucionarlo, un grupo de investigadores japoneses plantea una novedosa propuesta: construir satélites de madera.¿Por qué? Porque es un material biodegradable.

 

LignoSat

El primer satélite de este tipo ha sido desarrollado por ingenieros de la Universidad de Kioto y especialistas de la empresa maderara nipona Sumitomo Forestry. De momento,  el LignoSat, que así se llama, sólo es un primer ensayo, pero tiene hasta fecha de puesta en órbita: en septiembre llegará a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de un cohete de SpaceX, la empresa de Elon Musk, y empezará a orbitar este otoño. El satélite combina las estructuras de madera con un marco de aluminio. Así, optimiza su resistencia sin renunciar a la sostenibilidad. El equipo ha confirmado la durabilidad del material, incluso en el entorno del espacio exterior. Los satélites convencionales suelen incluir titanio, oro o níquel, materiales que no se degradan. El LignoSat se ha fabricado con madera de magnolio, una de las más resistentes de existen. El satélite no tiene más finalizad que comprobar si un dispositivo fabricado con madera es funcional.

Cómo es

El artefacto es un pequeño cubo de 10 centímetros de arista que pesa poco más de 0,9 kilogramos y ha sido fabricado empleando una técnica japonesa que no requiere del uso de tornillos ni pegamento. Está equipado con paneles solares externos y la madera elegida es la de magnolia, cuya principal característica es la resistencia y facilidad de uso. Las pruebas realizadas con este material demostraron que la madera no afectaría de manera negativa a la seguridad ni tampoco a los equipos de precisión y componentes ópticos. ¿Funcionará? La respuesta, este otoño.