Sin duda, hay gente dispuesta a cualquier cosa pero, a priori, parece dificilísimo que alguien pueda confiar algo tan serio como su libertad (o en algunos países hasta su vida) a un sistema de inteligencia artificial, pero hay apóstoles de tecnología que dan ya por hecho que van a ser ingenios de este tipo los que se encarguen de la defensa de determinados clientes que así lo deseen en juicios sencillos como, por ejemplo, los vinculados a denuncias vinculadas con el tráfico. En Estados Unidos existe ya de hecho una empresa, Donotpay, que ofrece un servicio denominado Robot Lawyer. Y, sí, aciertas: Robot Lawyer es Abogado Robótico. Lo de China, como siempre, va más allá: allí hay ordenadores que ayudan a dictar sentencias.

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Ya funciona

De hecho, la compañía va a prestar ya en breve sus servicios en un juicio real que tendrá lugar el mes que viene. Donotpay publicita sus servicios indicando que su objetivo es ayudar a los consumidores a hacer frente a las “grandes corporaciones” y solucionar problemas sencillos como los que se derivan de sanciones de aparcamiento, tasas bancarias o llamadas comerciales intempestivas. Uno de sus servicios es el de asistencia legal robótica. Y dan por hecho que, en procesos sencillos donde el margen para la interpretación es mínimo, van a obtener un buen resultado.

¿Cómo va a ser ese juicio?

No veremos a ningún robot en la sala, pero sí a un acusado que utilizará un móvil para recibir los consejos que un asistente electrónico le hará llegar a través de un chat. Al otro lado no habrá nadie: sólo un sistema de inteligencia artificial. La defensa, por supuesto, deberá ejercerla directamente el acusado, algo que se permite en Estados Unidos.

¿Y los jueces? En China hay ordenadores que ayudan a sentenciar

Más allá del éxito que pueda o no tener este novedoso sistema de asistencia jurídica, cabe preguntarse si, quizá, no convendría en algún caso sustituir al juez (al menos en procesos sencillos en los que todo ha quedado claro en las diligencias previas) para agilizar la acción judicial en países como el nuestro, donde todo se alarga muchas veces más de la cuenta. En febrero, veremos qué resultado tiene el juicio en cuestión. Mientras tanto, en China funciona ya en la Fiscalía Popular de Shangai Pudong, la más activa de China, un sistema de inteligencia artificial que escucha argumentos verbales y ayuda a los jueces a tomar decisiones en procesos vinculados a tráfico, fraudes con tarjetas de crédito y hurtos menores. Por lo visto, la toma de decisiones es correcta en un 97% de los casos. China, eso hay que tenerlo en cuenta, no es una Democracia y, allí, quejarse no sale gratis. Por eso lo del 97%. Ya lo decían, cuando algo pasa del 80%, mejor desconfiar.