De entre todos los lagos que en el mundo son (o han sido, como el casi desaparecido Mar de Aral) hay uno que gana a todos en popularidad aunque no sea de los más grandes. Está en Escocia, se supone que alberga un monstruo y, ahora, vuelve a ser noticia pero no por extraños seres reliquia de épocas pretéritas: está de actualidad gracias a la revolución verde.

 

Bombeo inverso

Y es que el Lago Ness (seguro que lo habías adivinado) va a servir también para producir energía. Será gracias a un sistema de bombeo inverso .  El proyecto, presupuestado en 550 millones de libras, podría generar según sus promotores hasta 700 empleos directos e indirectos y, ahora, se encargará de desarrollarlo StatKraft, una de las empresas británicas punteras del sector de las renovables. La potencia de la central proyectada alcanza los 450 MW y del proyecto se empezó a hablar en 2015. Desde 2021, tiene el visto bueno de las autoridades locales. La instalación se ubicará a unos 14 kilómetros al suroeste de Inverness. El lago, de origen glacial y de agua dulce se extiende entre Lochend Fort Augustus y tiene una superficie de 56 kilómetros cuadrados.

 

¿Cómo funciona?

El esquema de un bombero inverso es simple: desde una masa de agua embalsada y mediante electricidad de origen renovable se eleva fluido hasta un punto de almacenamiento hídrico situado por encima de la masa embalsada original y la energía invertida se recupera después haciendo que el agua que se ha elevado mueva una turbina. Quien lo promueve es Statkraft, una empresa fundada en Noruega hace más de 125 años, Statkraft es el mayor productor de electricidad a partir de energía hidroeléctrica en Europa. La empresa cuenta con varias plantas de almacenamiento por bombeo en funcionamiento en Escandinavia y el resto del Viejo Continente.