Lo ha conseguido un grupo de ingenieros del Massachusetts Institute of Technology (MIT, la universidad tecnológica más prestigiosa del mundo: si el aluminio (y da igual que proceda de simples latas de refresco) se mezcla en su forma pura con agua de mar, la solución burbujea y produce hidrógeno sin generar emisiones. Además, la reacción se acelera si se añade cafeína. Además de lograrlo, lo han publicado. Y ha sido, nada menos, que en la prestigiosa revista Cell Reports Physical Science.
Aplicaciones
El sistema, esperan los ingenieros que lo han descubierto, puede permitir construir reactores capaces de mover barcos o submarinos. Para alimentarlos, bastaría con pellets de aluminio procedentes del reciclado, una pequeña cantidad de galio e indio y cafeína. En el reactor se produciría hidrógeno según demanda que permitiría alimentar un motor o generar electricidad capaz de impulsar la nave.
El método
El sistema es sencillo: basta con dejar caer bolas o retales de aluminio pretratado en un recipiente con agua de mar filtrada. El aluminio, eso sí, debe tratarse antes para aislar su forma pura, que es la que reacciona con agua de mar. ¿Por qué se produce esta reacción? Porque los iones de sal que contiene el agua de mar lo hacen posible. Además, estos mismos iones tienen la capacidad de atraer y recuperar la aleación original para reutilizar el aluminio empleado, con lo que se activa un sistema sostenible de producción de hidrógeno. Todo se acelera si a la mezcla se le añade cafeína. Los descubridores de este singular sistema de producción de hidrógeno lo comprobaron tras dejar caer accidentalmente posos de café en la solución. Fue, pero eso lo supieron más tarde, gracias a un ingrediente activo de la cafeína llamado imidazol.