Hasta en la leche con la que tu mujer amamanta a tu infancia a cargo: ahí han llegado también los microplásticos, que se revelan como una plaga casi bíblica que exige actuaciones decididas. Hoy, si un extraterrestre nos visitase, seguro que creería que el plástico es algo natural y no una creación humana.
Estudio italiano
El descubrimiento, inquietante como pocos, lo han realizado investigadores de la Universidad Campus Biomédico de Roma dirigidos por Antonio Ragusa. Las partículas identificadas aparecen disueltas en la leche materna y tinene formas esféricas o irregulares. Su tamaño, por supuesto, es microscópico, pero presentan pigmentos azules y amarillentos. Todas las mujeres que participaron en el estudio (y fueron 34) presentaban este tipo de partículas en su leche. “La única diferencia era la cantidad, pero todas tenían. En 26 de los 34 casos, el volumen detectado permitía hablar de contaminación de la leche por microplásticos”, explica el investigador.
¿De dónde vienen?
Las mujeres que participaron en el estudio fueron clasificadas por grupos en función de su edad, los productos de higiene personal que usaban y los alimentos consumidos en los siete días posteriores al parto. Del mismo modo, las muestras de leche fueron conservadas con máximo cuidado para evitar cualquier contaminación.
Los plásticos hallados fueron, principalmente, polietileno, cloruro de polivinilo y polipropileno y fue tal la frecuencia que los investigadores concluyen que la del plástico es una presencia “omnipresente” debida a una exposición al plástico que experimentamos todos los humanos y que se produce por ingestión, inhalación o contacto dérmico. Los volúmenes hallados no son dañinos para los bebés, pero sí que se detectó un elemento común en los casos en los que el porcentaje de plástico en la leche era mayor: las mujeres que confesaron usar mascarillas contra la Covid durante más tiempo fueron las que más microplásticos tenían en su leche. ¿Qué solución queda? Pues muy sencillo: si vuelve a ser necesario usar mascarillas, mejor echar mano de mascarillas con el menor contenido de plástico posible.