Si no lo has recibido ya, puede que lo recibas en breve. Es, como tantas veces, un correo fraudulento que, en este caso, se aprovecha de la imagen de la cadena de supermercados alemana Lidl y ofrece un ‘gancho’ difícil de rechazar: una recompensa exclusiva.
¿De qué se trata en realidad?
El sistema de engaño es el mismo de siempre: el clásico phishing, que se presenta en esta ocasión en forma de encuesta que hay que rellenar si se quiere obtener la exclusiva recompensa que se promete. El objetivo final es robar los datos personales y bancarios del usuario. En la añagaza, se maneja además otra herramienta clásica de este tipo de estafas: la urgencia. Desde el asunto (segundo intento de entrega), hasta el redactado, todo persigue generar en la víctima una sensación de inquietud y duda o, lo que es lo mismo, de estar perdiéndose algo valioso si no se completa la encuesta. Se habla de una promoción que “finaliza pronto” y se exhorta a la víctima a contestar las preguntas que se le formulan “antes de que termine el día”. La naturaleza de la recompensa, por supuesto, no se detalla.
¿Por qué se sabe que es una estafa?
El mensaje no procede de una cuenta oficial de Lidl y contiene errores en su redactado. El más inquietante de ellos tiene que ver con el propio nombre de la compañía que se supone envía el correo ya que ni siquiera se escribe correctamente: lo que aparece transcrito es LIdL. Tampoco aparecen los colores corporativos de la marca, que son el amarillo y el azul. Por supuesto, si la encuesta se completa, la recompensa nunca llega. ¿Qué hacer con este tipo de mensajes? Lo mejor es que, ante cualquier duda, ni se abra. Cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad no sólo es mentira: también es un peligro.