Personas viendo pornografía y masturbándose en plena calle podría sonar a distópico pero en Nueva York ha pasado a ser una realidad tras el mal uso del proyecto Link NYC, los módulos de Internet gratis repartidos por la ciudad y que incluyen una tablet, puertos USB para cargar la batería de los dispositivos y acceso WiFi ilimitado. Un servicio implementado a finales del 2015 que pretendía convertir Nueva York en la ciudad más conectada del mundo. El problema ha llegado con los que se conectan durante largas horas del día inutilizando por completo el servicio para el resto de neoyorquinos.

Música, YouTube y porno son tres claros ejemplos de lo que se lleva en los quioscos del Link NYC. Vinieron a sustituir a las cabinas telefónicas y, ahora, sus operadores planean desactivar la navegación por Internet en las tablets después de los informes de “actos lascivos” recibidos. Vagabundos en su mayoría, se aprovechan de las posibilidades del servicio para entretenerse durante el día y consumir contenido de índole sexual en público. “Trabajaremos con la comunidad para explorar posibles soluciones, como los límites de tiempo de conexión”, ha anunciado Link NYC en respuesta a las quejas de los ciudadanos.

 

Los módulos Link NYC también han sido objecto de vandalismo

Según la información recogida por el New York Post, un residente del barrio de Murray Hill, en Manhattan, “se horrorizó cuando fue testigo de la masturbación de un vagabundo frente a uno de los módulos”. El periódico ha asegurado que “los sin techo han estado plagando las estaciones Link NYC desde el comienzo”. Este pasado julio, el servicio se vio obligado a instalar un sistema de filtrado que limitase el acceso al contenido pornográfico. No obstante, los usuarios encontraron formas de evadir los filtros. El presidente del condado del Bronx, Rubén Díaz Jr., ha querido dejar claro que realizarán “ajustes que permitan a los residentes de la ciudad utilizar este servicio con seguridad y comodidad”.

Pese a la polémica, Link NYC ha sido exitoso entre los neoyorquinos. Los últimos datos muestran que los 400 módulos instalados en la ciudad han sido utilizados más de 21 millones de veces en lo que va de año. “Casi 475.000 ciudadanos y visitantes se han inscrito para usar la banda ancha que ofrece el servicio”, han asegurado desde CityBridge, el consorcio que gestiona el proyecto tras un acuerdo de franquicia con la ciudad. “Hemos escuchado a aquellos neoyorquinos que necesitan el servicio para guardar datos en sus móviles, realizar llamadas a sus familiares en todo el país u obtener una carga de sus dispositivos”, han afirmado.

Barcelona WiFi, un modelo diferente

Barcelona WiFi es el servicio gratuito que el Ayuntamiento inició en 2011 en su objetivo por hacer de la capital catalana una “ciudad inteligente”.  A diferencia de Link NYC, éste no funciona a través de módulos con tablets y puertos USB, sino que se trata simplemente de puntos de acceso WiFi repartidos en espacios públicos. De este modo, cada usuario necesita de su propio dispositivo para poder utilizarlo. Además, el servicio se encuentra restringido para evitar descargas, escuchar música o ver vídeos en línea gracias a una limitación en su velocidad de navegación (de tan sólo 256Kbps). El servicio únicamente permite navegar por Internet para buscar información o utilizar servicios de mensajería como WhatsApp.

Madrid y Bilbao también disponen de una red inalámbrica muy similar a la barcelonesa, con puntos de conexión gratuitos repartidos por zonas públicas. Ciudades como Tallín, en Estonia, o Helsinki, en Finlandia, llevan una década ofreciendo servicios WiFi gratuitos con velocidades de descarga mucho mayores y una gran disponibilidad de puntos de acceso. Londres lleva ofreciendo 15 minutos diarios de conexión gratis por toda la ciudad desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2012. A estas ciudades wireless se les suman otras como París, Milán, Viena o Groningen.