La primavera ya está aquí y, con ella, vuelven las alergias, entre las cuales la que se vincula al polen es la más común. Afecta a un 25% de la población y para quienes la sufren es un suplicio. La rinitis es la respuesta más común a este alérgeno, pero la reacción puede llegar a incluir dolor abdominal, ansiedad, tos, diarrea y dificultades al tragar y al respirar. En todo el mundo, se calcula que hasta un 20% de las personas son alérgicas al polen. Si eres una de ellas, tomar prevenciones es buena idea. Te indicamos las principales.
Anticípate
Cada tipo de polen provoca una reacción diferente: algunas personas son alérgicas al polen de los árboles, habitual en primavera; otras tienen problemas con el de las gramíneas, más propio del verano, y otras con el polen de las malas hierbas, habitual en otoño. En los climas tropicales y más templados, donde los helechos prosperan y las plantas no necesitan aletargarse en invierno, la polinización tiene lugar durante todo el año.
Más allá de las estaciones, la temperatura, la hora del día, la humedad y la lluvia también afectan a la cantidad de polen presente en el ambiente. Muchas plantas liberan polen por la mañana temprano y cuando el tiempo es soleado y cálido; por lo que en estas condiciones es muy probable que se dispare la concentración polínica en el aire. Conviene, por tanto,evitar las actividades al aire libre cuando el recuento de polen es elevado. Quedarse en casa antes, durante e inmediatamente después de las tormentas y mantener las ventanas cerradas también es una buena idea, pero lo más importante es que sepas qué tipo de polen es el que desencadena tu alergia y en qué momento alcanza su pico máximo en el lugar donde vives.
Identifica desencadenantes en casa
Según el Dyson Global Dust Study, elaborado por el fabricante de electrodomésticos, sólo una de cada diez personas piensa que el polen forma parte del polvo doméstico. Siendo las esporas de polen tan pequeñas y ligeras como son, y con el continuo intercambio de aire entre el ambiente interior y exterior, es inevitable que partículas de polvo exterior como el polen se cuelen en el hogar. Y es que estas partículas pueden adherirse al pelo, a la ropa e incluso a los animales domésticos. Cambiarse de ropa y de calzado al entrar en casa es buena idea y evitar que las mascotas accedan a los dormitorios y asearlas después de que hayan salido de paseo, también.
Rutina de limpieza
Las partículas de polen son extremadamente pequeñas y ligeras y las ventanas abiertas permiten que el polen entre en el hogar y se adhiera a repisas, muebles, ventanas y cortinas. Por eso, la mejor manera de combatir los síntomas de la alergia al polen es aspirar regularmente las distintas superficies de la casa, especialmente la tapicería. Se recomienda, además, pasar la aspiradora cuando los alérgicos no están en casa y echar mano de un purificador de aire para eliminar el polen y los alérgenos suspendidos en el aire del hogar.